miércoles, 29 de diciembre de 2010

Un año de lágrimas

Este año ha sido seguramente el peor que he pasado, el que más me ha afectado, el que más he perdido, y el que más he llorado. Estoy segura que no derramé tantas lágrimas ni en mis primeros meses de vida.

He llorado por perder a mi niño, por saber que estaba con otra y por saber quién era esa otra. He llorado porque le veía a ratos, porque lo pasó mal, porque no quería verme, porque volvía otra vez y porque se fue a vivir con ella. He llorado porque me ha dolido no tenerle a mi lado, por saber que por mucho que me quiera nunca será como a mí me gustaría. He llorado día tras día, noche tras noche, sin poder dormir ni descansar.

He llorado por perder a K, por sentir que se alejaba de mí y ver cómo pasaba cuando la necesitaba. Por su orgullo, por acabar tan mal que ni nos hablamos, y por darme cuenta de que en realidad no era como yo creía.

He llorado por mi padre, por verle lleno de cables y sin poder hablar, por ver cómo se le escapaban las lágrimas por no poder decirnos cómo estaba. Lloré cuando le veía con ganas de salir del hospital y sabiendo que el cáncer no le iba a dejar. Lloré por animarle pensando que podría tener un mínimo de calidad de vida pero en el fondo sabía que no llegaba a fin de año. Lloré cuando tuve que ir a despedirme de él porque le iban a sedar, porque sabía que era la última vez que hablaba con él, y encima tenía que aguantar la sonrisa y decirle mañana nos vemos. Lloré mucho cuando me cogió la mano y me dio un beso, porque creo que él sabía que era la última vez. Lloré el día siguiente cuando le cogía la mano, y sin darme cuenta murió a mi lado. Y he llorado cuando he sido consciente de que no está, cuando ya no he podido hablar más con él, cuando ya no le veo en casa y veo sus cosas por ahí.

Lloré cuando Sergio me dijo que todo había sido un error, y me sentí fatal cuando me enteré de toda la verdad. Que se dio cuenta de que estaba enamorado de K, aunque no quería nada con ella, que se va de casa de ella porque no soporta verla con C, y cuando me enteré que al día siguiente le había contado todo lo que había pasado a K, que le decía que venía conmigo porque no sabía decirme que no, que no tenía nada de que hablar conmigo, que venía conmigo por despecho hacia ella. Y desde luego nada de eso me demostraba a mí, todo lo contrario, se reía, y estaba bien a gusto. Porque he visto la verdad y creo que este chico está mal de la cabeza, porque a mí me ha dicho unas cosas, a K otras, y siempre lo que cada una quiere oir. Y sé que es verdad porque yo no he contado nada de lo que pasó con él, así que todo ha tenido que salir de su boca. Incluso le enseñaba algunos mensajes a K de los que yo le escribía en facebook, y ahora ella sabe muchos detalles de todo.

Como él se va de casa, y yo me suponía, C se irá a vivir con K, así que me quedaré sola. Y aunque en el fondo sé que es lo normal y lo mejor para C y para mí, he llorado porque llevamos casi 20 años viviendo juntas, pasando muchas cosas buenas y malas, y me va a costar habituarme a que ahora no esté conmigo, que ya no sea yo quien cuide de ella cuando está mal o ella quien cuide de mí. Y muchas cosas más.

Me han pasado muchas cosas malas, estoy desganada, descentrada, no me apetece hacer nada y no sé si es por la depre, por las pastillas, o por todo, que me paso el día durmiendo en cuanto estoy en casa. Me siento sola, pero es que estoy bastante sola. Cuando me ilusionaba con Sergio solo por salir de vez en cuando me entero de todas esas cosas. Está mal de la cabeza. Casi me da pena.

Pero también he reído. Hubo muchas risas precisamente con K, hubo muchos buenos ratos, aunque hice muchas tonterías.
Me he reído con mi sobrino y sus cosas, me he reído con compañeros que me han dado su apoyo.
Estáis vosotras que siempre me habéis animado, escuchado y enviado todo vuestro cariño.
He perdido miedos y me he ido yo sola de vacaciones, he hecho cosas que no me creía capaz.
Y aunque no debería ser, o no lo parezca, he pasado momentos de olvidarme de todo cuando él ha vuelto a pasar alguna noche conmigo.

Espero que el próximo año sea mejor, aunque no empieza con muy buenas expectativas. Todo el alquiler para mí sola, sin gente con quien salir por aquí, y desconfiando de casi todo el mundo. Veremos que nos depara el 2011. Espero llegar a estar tan bien como muchas de vosotras, conseguir todo eso que tanto ha costado y estar tan feliz como ahora lo estáis. Ojalá este sea mi año y el de todas las que estamos por aquí.

FELIZ AÑO!! y a desfasarse en Nochevieja, jajaja. Yo no saldré de casa, encima estoy con mis amigos en casa de uno que vive lejos de todo y no creo que sea muy divertido. Ya veremos.

Lo mejor del año, saber que seguís por aquí y que seguimos compartiendo nuestras vidas y sentimientos aunque no nos hayamos visto nunca. Os quiero mucho, aunque suene raro.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Por qué te invité a dormir?

No sé si habréis oído la nueva canción de Nena Daconte, Por qué no te invité a dormir.

El caso es que va de cómo nos comemos la olla las chicas pensando en por qué hago esto o no lo hago.

Hubo un día hace un tiempo, que estuve en casa de Sergio, estábamos solos, y yo ya le tenía ganas, pero no me atreví a hacer nada. Me quedé todo este tiempo con la sensación de por qué no lo hice? Y si hubiera pasado algo? Hubo momentos que estuvimos cerca, pero ninguno hizo nada.

Pasó un tiempo que nos veíamos menos y durante estas dos semanas que hemos coincidido en hablar más y vernos más seguido parecía que él también estaba a gusto. Así que cuando parecía que me daba pie para seguir y todo eso, pensé, y por qué no me lanzo?
Y para qué lo haría? pienso ahora.

El caso es que, como siempre, ya estoy comiéndome la cabeza, quizá si hubiera dejado pasar más tiempo. O quizá nunca hubiera pasado nada.
Tampoco es que no quiera hablarme, solo dijo que dejáramos pasar un tiempo antes de volver a quedar, pero no entiendo su actitud, seguramente sea la vergüenza, o sea de esos chicos a los que no les gusta acostarse con chicas por las que no sienten nada.

Por el facebook me habla, bueno, hace comentarios a lo que pongo y eso. Y ayer colgó el nuevo vide de James Blunt que se titula Stay the night. No hice comentarios, solo puse, me gusta.

Y claro, enseguida pienso, ha sido coincidencia? O lo ha puesto sabiendo lo que decía? Igual era una manera de decir que le gustó estar conmigo o le gustaría volver a estar.
Sally cómo eres tan tonta, pues claro que es coincidencia. Acaba de sacar el cd, le encanta ver vídeos y es una canción movida como le gustan a él. Es un tío, no se complica la vida.

Seguro que él ya no piensa en nada de eso, simplemente en dejar su vergüenza atrás.
Me gustaría poder quedar con él y que me explicara tranquilamente por qué le pareció un error, por qué necesita ese tiempo. Un mensaje sin explicación no me vale, pero no quiero ser pesada ni agobiar. Aunque por ir así siempre, por no agobiar, por no decir nada, así me ha ido. Ya no sé qué es lo que esperan los tíos, ni cómo actuar para que te hagan caso.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Otra vez topo

Parece que los cambios no han sido tan duraderos como me pensaba.

Recordáis que hace tiempo os dije que me sentía como en ese juego que salen los topos de unos . agujeros y los metes a martillazos? Ahora lo anuncian en la tele para los Reyes, seguro que algún día lo véis. Pues otra vez me siento topo.

El sábado quedé con este chico, y muy bien, hablamos, nos reímos, y luego empezamos a tontear. Le dije si se venía a casa y dijo que sí. Empezamos a enrrollarnos en el sofá, y luego nos fuimos a la cama, pero como había bebido, la verdad es que no aguanta mucho el alcohol, no había manera de que aquello funcionara. Los estragos del alcohol. En fin, que todo fueron besos, caricias y revolcones, pero estaba a gusto. Por supuesto que me quedé con ganas, pero pensé, por la mañana mejor.

El había quedado por la mañana a las diez, así que puse el despertador a las ocho, para que nos diese tiempo de algo, no sé. Total, que nos quedamos dormidos y a las nueve le avisé.
No se acordaba de casi nada de lo que había pasado, estaba superavergonzado, y se marchó rápido porque aún tenía que pasar a su casa a ducharse y cambiarse.

Le escribí un mensaje por el facebook diciéndole que no se preocupara, que no pasaba nada, y que esperaba que eso no cambiase las cosas. Que aún así lo había pasado muy bien.
El me contestó que no se acordaba de mucho, pero que fue un error y no debía haber pasado, que se dejó llevar por el alcohol, y que mejor dejáramos pasar un tiempo hasta volver a quedar.

No sé por qué cree que es un error. No sé por qué ahora no quiere verme. Yo no buscaba nada con él, simplemente me lo pasaba bien y me apeteció hacerlo. Es lo que le contesté después. Me hacía ilusión poder quedar con alguien con quien me divierto de vez en cuando, me apetecía irme con él a algún sitio, incluso estuvimos hablando de las vacaciones, si se vendría conmigo.

Total, que otra vez me veo colgada. C no hace más que decirme que tengo gente y soy yo la que me estoy separando, pero es que todo lo que hace esa gente están ellas dos presentes y con sus arrumacos y a mí no me apetece estar con ellas. Aparte que la situación con K ha cambiado mucho y no me apetece hacer cosas con ellas. Era una de las cosas de las que hablaba con Sergio, en la que nos entendíamos muy bien porque a él le pasaba lo mismo.

Ayer por la noche me dio un bajón terrible, no podía parar de llorar, y claro no quiero contarle nada a C porque me va a decir que si no me lo esperaba o algo así. No parece que se lleve muy bien por todo lo que ha pasado también entre él y K.

Por la noche leí un correo que me había puesto mi niño, ex niño, diciendo que se alegraba por mí, porque estuviera bien con este chico y que a ver si poco a poco las cosas me iban mejor. Le contesté contándole que estaba fatal. Estaba tan depre y tan hecha polvo que puse lo que en ese momento sentía, que desde luego que era un error, yo era el error, que no sabía ni para qué había nacido. Que no sabía para qué quería que le contara nada si siempre es lo mismo, decepciones, desilusiones, que mi vida era una mierda.

El pobre me ha llamado esta mañana, todo preocupado, porque lo acababa de leer, y me ha estado animando, diciendo que deje pasar el tiempo, que deje que se le pase y ya será él quien dé el paso si quiere. Que no le dé más vueltas, que seguramente con todo este lío que ha habido con ellas, porque vive con K y todo eso se ha hecho un lío y que le deje tiempo, que si le apetece quedar conmigo ya me dirá algo. Que me anime y no le dé más importancia.

Al menos me ha animado su llamada, pero la verdad que hoy no he podido ni ir a trabajar porque ni os imagináis como llevo los ojos de hinchados de tanto llorar. Me lo descontarán del sueldo, pues bueno, para ellos, pero hoy no tenía ganas ni cara para ver a nadie.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cambios

No sé ni cómo empezar, porque no sé ni cómo me siento.

Hay días que no me hago a la idea de que ya no está, últimamente empiezo a darme cuenta que ya no me llama ni volveré a verle ni oir su voz.

A veces me siento aliviada porque no sufre, otras me parece injusto lo que ha pasado, otras no me queda más remedio que aceptarlo y hacerme a la idea. Recordar y sonreir.

Por otra parte el sábado lo pasé muy bien. Quedé con el chico que comparte piso con K, hacía días que nos veíamos. Desde que pasó todo el mal rollo con K nos vemos menos, porque él ya no quiere hacer nada con ella, se va con otra gente de su trabajo. Así que a veces quedamos y nos tomamos algo, hablamos del tema y de otras mil cosas. Siempre me he encontrado muy a gusto con él, es de esas personas con las que enseguida conectas.
El sábado le llamé por si quería salir a cenar, y me dijo que había quedado con gente del trabajo después de comer y no sabía si se alargaría la cosa. Pero me llamó y me dijo que se había ido para quedar conmigo, que hacía mucho que no nos veíamos.
La noche fue muy bien, al menos me reía y desconecté de todo un poco, y como es tan cariñoso hubo un rato en el que estábamos tomando una copa que empezó a darme la mano a juguetear con mis manos y entrelazar nuestros dedos. Fue una tontería, porque de sobra sé que estas cosas las hace con cualquiera que se sienta a gusto, pero fue muy agradable. Sobre todo cuando al irnos dijo que teníamos que quedar más.

El martes le llamé por la tarde por si estaba libre, porque C y K iban a estar en casa y no me apetecía estar aquí aguantando vela. Así que le acompañé a hacer un recado y luego nos tomamos algo. Esta vez no pasó nada.
Y como hoy es su cumple le dije que me tenía que invitar este finde, que no se olvidara, así que a ver si hay suerte y por fin pasa algo más.

No quiero entusiasmarme porque sé que no pasaría de un rollo, muchas veces ha dicho que no quiere novia ni nada, y ahora lo pasa muy bien con la gente que sale. Pero la verdad, el sábado me quedé con muchas ganas de volver a verle. Y ahora estoy deseando que llegue el finde para quedar.
Al menos me da un poco de alegría poder quedar alguna vez y la posibilidad de que pase algo, aunque sea que me mime un poco, porque realmente en este momento lo necesito. Me apetece más una sesión de mimos y caricias que una sesión de sexo a lo bestia.

Además hoy me han llamado que me han tocado cuatro entradas para Port Aventura. Quizá mi suerte empiece a cambiar. Quién sabe, tampoco quiero ilusionarme mucho.

martes, 16 de noviembre de 2010

Adiós papá

El viernes tuve que volver a Zaragoza rápidamente. Me dijeron que a mi padre le iban a sedar porque estaba ya bastante mal, y esperaban que llegase yo para poder despedirme.

Creo que fue el peor momento, aparte de todos los que he pasado viéndole sufrir, cuando le dije, bueno mañana vengo otra vez, pero sabía que ya no volvería a hablar con él. Creo que él también se imaginaba algo, porque al contrario que otras veces el viernes me cogió la mano y me atrajo hacia él para darme un beso.

A la mañana siguente fuimos al hospital sabiendo que ya estaba sedado y no se enteraba de nada. Respiraba fatal. Mi tía y mi hermana subieron un momento a la cafetería y mientras me quedé yo allí, dándole la mano, aunque no se enterara. Como tenía apneas de repente dejaba de respirar, pero al rato volvía a hacer esos ruidos. La primera vez me asusté. La segunda ni me enteré, entró justo una enfermera a decirme que saliera que iban a limpiar, y mientras estaba en el pasillo salió a decirme que si yo era la hija de Manuel, que había fallecido mientras yo estaba dentro.
Ni me enteré. Fue tan normal, tan tranquilo, que ni me dí cuenta. Al menos estuve ahí cuando se fue.

Nunca había querido ver a nadie de mi familia cuando ya habían muerto, pero esta vez como ya lo ví allí, me acerqué a verlo una vez que estaba en el ataúd en el tanatorio.
Pero no me impresionó tanto como creía, porque por fin lo ví descansar. Por fin vi que ya no sufría más y todo el año que había pasado tan mal, que ya ni tenía vida ni nada, que solo decía me quiero morir, al final descansaba.

Sentí un alivio tan grande que casi he llorado más mientras estaba vivo y pasándolo mal que una vez que se ha ido.

Ahora me quedan sus recuerdos, cuando era muy pequeña y él llamaba todas las noches a mi madre porque estaba siempre de viaje y yo me ponía a contarle mis cosas, y él me decía hola mi chica, y si le contaba algo que me había salido mal me contestaba mecachis diez ladrón.
Cuando me levantaba por las noches y me quedaba sentada con él en la mesa mientras él hacía sus maquetas de barcos, y me contaba cosas de cuando era pequeño, o de su juventud.
Cuando me empeñé que yo también quería hacer un barco y me compró uno pequeño y me pasaba el rato allí con él.
Cuando las noches de los sábados hacíamos guateques con sus discos de cuando eran jóvenes, y nos sabíamos todas las canciones de esa época, y con una linterna y un papel de celofán de color hacía luces de discoteca.

En fin, me alegro de que ya no sufra, aunque me parece injusto que no haya podido disfrutar de su jubilación como quería, ni de su nieto ahora que empieza a hablar más y a estar más gracioso.
Ahora que podría haber pasado sus temporadas en Asturias que tanto les gusta a los dos, que podría tener todo el tiempo del mundo para hacer sus maquetas de tranvías que es lo que hacía ahora. Ha dejado uno a mitad, y así se quedará.

El próximo día 3 de diciembre habría cumplido 68 años. Podía haber hecho mucho todavía.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Bajando, bajando...

No me apetece mucho escribir, así que iré rápida.

El finde en la casa rural fue mejor de lo que esperaba, sobre todo el viernes que estuvo la cosa bastante relajada. El sábado fuimos a hacer una pequeña caminata, pero tuvimos que volver pronto porque a una de las que iba le dolían mucho las rodillas, así que me quedé con más ganas de excursión de las que fui. Recordaba las veces que iba a caminar con él, y me dio algo de bajón.

Por la noche me siguió dando porque a esas alturas ya empezaba a estar empalagada de ver a C y K todo el rato de la mano y haciéndose monerías. Y encima cuando K bebe se cree muy graciosa y divertida haciendo tonterías y le dio por coger una figura enorme que había en la casa y hacer el tonto con ella, y cambiar los cuadros de sitio, con el otro chico que iba, y chorradas así, pero que parecen dos críos, y ya me harté y me fui a mi habitación. Tienes que estar detrás de ellos para que no rompan nada como si fueran niños, para eso me voy con mi sobrino que tiene 3 años y es normal que tengas que estar pendiente, pero no con dos personas de casi 30 años que hacen esas chorradas.

El domingo hablé con mi hermana y me dijo que a mi padre le estaba saliendo otro bulto en el cuello, así que el bajón fue ya total, y entre eso, el empalago de verlas, miles de cosas que me venían a la cabeza que ya os contaré, y que me acordaba de él, pues unas ganas de volver a casa que me moría.

Cuando llegamos a casa que eran las seis y pico de la tarde, C dijo que se iba a ir un rato con K, le dije que por favor se quedara conmigo que estaba hecha polvo. Esa mañana ya había estado llorando en la casa y ella estuvo consolándome, pero necesitaba estar con alguien, que me abrazara o simplemente estuviera a mi lado. No sé ni cómo no se dio cuenta de que la necesitaba y se iba otra vez con ella después de estar todo el finde juntas.

Y hoy me han dicho que mi padre va peor, que seguramente pronto lo sedarán si no se va antes por su cuenta, porque ya no puede respirar bien, ni tragar, ni levantarse, el dolor es muy fuerte y en fin. Mañana me voy a Zaragoza y no sé si me quedaré ya toda la semana o qué pasará.

Y lo peor de todo es que en estos momentos echos de menos más que nunca a mi niño, porque él me daba fuerza, tranquilidad, y me gustaría que estuviese a mi lado en estos momentos, y cuando llegue el momento final, para que me abrazara, o me cogiese de la mano. Para tener a mi amor conmigo, para sentirme protegida.
Y porque aunque tenga a mi familia y a más gente, cada día me siento más sola.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Finde

Estoy tan cansada que no me apetece ni escribir, pero por petición de Carn cuento mi finde :D

El viernes fui con los amigos del trabajo a celebrar mi cumple. La cena estuvo bien, me regalaron un Netbook entre todos, me sacaron una tarta y me pusieron el cumpleaños feliz en varias versiones y a toda pastilla, para que todo el local se enterara jajaja. Así que cuando la gente pasaba por nuestra mesa me felicitaba y eso. Una de las veces salió un chico muy mono diciendo adiós a la del cumple, y cuando me volví y vi lo bueno que estaba dije, uy no te vaya, ven a comer un trozo de tarta. Pero ya había salido. Así que dos de mis amigas salieron corriendo a buscarle, entró, comió un bocado de tarta y se marchó. Nos dijo que era medio americano medio español, y que estaba aquí estudiando, creo, no me enteré mucho, porque a esas alturas estaba ya cortadísima. Total que se marchó, y al rato entra otra vez y me pide el teléfono, para ver dónde ibamos a ir luego y eso.

Yo me fui a casa pronto, al día siguiente tenía que conducir y no quería llegar muy perjudicada. Y a la mañana siguiente me encuentro un sms de este chico preguntando dónde estábamos. Lo envió a las cuatro de la mañana o algo así, y yo no lo vi hasta el día siguiente pq ya estaba durmiendo. Así que le contesté que lo acababa de ver y que sentía no haberle podido contestar.
Pero ya no ha dado señales de vida. No sé, igual la próxima semana le escribo por si quiere quedar alguna tarde o algo. No pierdo nada no?

Lo único malo, lo que me dejó el sabor agridulce fue la actitud de K en la cena. Estaba sentada dándome la espalda, y no me dirigía la palabra ni aunque yo me dirigiera a ella. El día anterior que fue realmente mi cumple me había felicitado, y yo había ido a hablar con ella, a decirle cuatro tonterías, y pensé que la cosa podría irse relajando. Más que nada porque C está en medio y no me apetece estar de mal rollo todo el día. Pero veo que ella pasa de todo. Ahora parece que está muy indignada conmigo.

Este finde vamos a una casa rural a un pueblo por aquí cerca. Vamos cinco personas porque una ha fallado al final. Me apetece mucho porque tengo mono de montaña, de excursiones y de salir al campo. Yo voy de buen rollo, intentando que la cosa vaya bien, pero la realidad es que la situación es muy tensa, y no me fío de cómo irá allí.

Las pastillas que me tomo parece que van haciendo efecto, me noto más tranquila, pero sigo teniendo mis bajones, mis momentos malos, y de vez en cuando me da el subidón de nervios. Siguen las discusiones con C, pero ya intento no hablar del tema para no liar la historia más.

Estoy un poco harta de todo esto, pero hay que pasarlo.

El resto del finde pues pasó entre hospital a ver a mi padre, hacer de canguro de mi sobrino, y regalos.
Me dieron dinero que ayer me gasté como una loca, y hay que ver cómo disfruté, y me regalaron también una tarjeta de Oysho para gastar allí y un colgante de Swaroski. Así que muy bien.

Ahora espero que el finde vaya bien, pero sé que soy yo la que tendré que aguantar sus caras, sus carantoñas y mimos y tonterías, e intentar no saltar, para que estén todos bien. La parte difícil me toca a mí, porque no recibo ayuda de ellas, está visto.

Ya os contaré.

martes, 26 de octubre de 2010

Decisión final

Al final he tomado una decisión respecto a C y K. Estoy harta de discutir con C todos los días, de que la otra pase de mí, de tener ataques de ansiedad y los nervios de punta todo el día.
Estoy harta de reproches, insinuaciones y chorradas.

Esta mañana me he levantado mareada, supongo que por el efecto de las pastillas tranquilizantes, y con un pequeño ataque de ansiedad que cada vez ha sido más fuerte. Después he vuelto a discutir con C a grito pelado. Lo que le faltaba a mi garganta que la llevo al rojo vivo.

C me dice que tengo que estar bien, que tengo que poner más de mi parte. Acaso no he puesto bastante yendo detrás de K aunque no me haga caso? Estoy cansada de dar pasos para que ella no haga nada. Ya me ha demostrado cómo es y no la quiero como amiga. No me fío de ella, paso.

Así que hoy después de pasar una mañana de nervios increíble he decidido que ya que en el trabajo tengo que verla, voy a intentar no verla fuera de él. Todos los planes que teníamos con más gente para ir a una casa rural, cenas y todo lo que vaya surgiendo pues no iré. Los findes que vaya a Zaragoza con C tampoco quedaré con ellas.

Estoy cansada, hasta de hablar de esto. Nunca me ha gustado estar contando mis penas a nadie, me las he tragado yo y punto, se han pasado como se ha podido. Ahora me produce ansiedad hasta contarle cómo estoy a quien me pregunta, porque siempre sale este tema y me puede. Se está haciendo como una gran bola de nieve, y para evitar que siga creciendo evitaré verla.
Yo pongo más de mi parte, otra vez, hago otro intento. Solo espero que C se dé cuenta de lo que hago, que no se quede solo con la versión de K.

Cuando le he dicho esta mañana la decisión que he tomado me dice, entonces si ella viene a Zaragoza no podré verte? y tampoco estarás con éstos? te voy a apartar de ellos?

Qué pensaba?! Qué podría estar tranquilamente con ellas? Pues no. De momento esta es mi decisión.

Y para contar algo más alegre, diré que el sábado me fui a Madrid con C y S. Estuve bien porque no venía la susodicha claro, así que todo fue más relajado. Se nos pasó el tiempo volando, más que nada porque acompañábamos a S a hacer un examen, y entre que llegamos a la pensión, fuimos a la Ciudad Universitaria y todo eso se nos pasó casi medio día. Tuvimos suerte que hacía un día buenísimo, y mientras S se examinaba nosotras estábamos tumbadas en el césped tomando el sol. Estresante no? jajaja.
Cuando salió fuimos a la Gran Vía de tiendas, y a tomar algo, y nos fuimos a descansar un rato antes de cenar. Salimos por la zona de Huertas que estaba muy bien. No trasnochamos mucho porque estábamos cansadas, pero lo pasamos bien. Chicos muy guapos había, que no me hacían ni caso, pero bueno.
Al día siguiente nos fuimos a comer a un restaurante americano ambientado en los años 50 chulísimo. Me encantan esos sitios, esa época. Estaba genial.
Y ya no hicimos mucho más, entre recoger las maletas y esperar el tren de vuelta.

Estuvo bien, pero ya veo que ahora todos los findes que quiera pasarlo bien tendrán que ser sin que esté ella, cosa difícil porque siempre está en todo lo que se organiza.
Es curioso, porque la gente que no quiero perder o que se vaya acaba alejándose. Y ésta que ojalá se fuera bien lejos no hay manera de quitársela de encima.
Soy yo la que perderá, la que me quedaré sin salir ni hacer lo que había planeado, pero bueno, ya se me pasará, o ya haré otras cosas. Ya se verá.

lunes, 18 de octubre de 2010

Vuelta de vacaciones

Fin de las vacaciones, y con un trancazo que te cagas. Muy bien.

Lo mejor que he hecho en los últimos años ha sido sacarme el carnet de conducir. Y todo gracias a él, que me convenció, me animó y me dio las fuerzas que necesitaba para hacerlo. Aunque os parezca mentira si no lo había hecho hasta ahora, bueno, ya hace tres años, era por miedo. Tenía un miedo aterrador a conducir un coche, pensaba que no lo podría dominar, que me estrellaría con él, y todo por una mala experiencia que tuve de pequeña con un kart. Pero llegó él, y lo hice.

Y si no lo hubiera tenido no habría pasado estos días tan chulos en Mallorca. Estoy orgullosa de mí misma, porque me he dado cuenta que puedo hacer lo que quiera. Más bien, me he demostrado que puedo hacerlo, que no solo puedo ir sola al cine o a la playa, sino también de vacaciones. Y he estado realmente a gusto. No he necesitado compañía ni la he echado de menos. Para ser sincera diré que sí. Que le he echado de menos a él, porque sé que le habría encantado todo lo que ví, porque habría disfrutado. Pero no he pensado ojalá estuviera aquí cualquier otra persona. Solo me acordaba de él, y pensaba en las cosas que hubiésemos hecho de estar juntos, como jugar al tenis al llegar al hotel, o tomar un cocktail después de cenar en el bar del hotel. Quizá habernos ido al pueblo a cenar o a tomar algo. Y lo que habríamos disfrutado en esas camas gigantes con el espejo enorme delante.

La verdad que lo he pasado muy bien, he visto sitios preciosos y me han quedado ganas de volver.
He hecho un máster en carreteras de montaña porque madre mía qué carreteras para llegar a algunos sitios. Ahora sí que puedo ir por donde quiera, porque no creo que encuentre otras con más curvas y cuestas.

Estando allí me llamó un día. Me preguntó qué tal estaba, y me dijo que me echaba de menos. Que estaba normal, bien, claro, si no no estaría con ella. Pero sí que se acordaba mucho de mí, y me echaba de menos porque había muchas cosas que son muy diferentes conmigo.
Bueno, me gustó oirlo, y hablar con él, pero sé que eso no cambia nada. El sigue con su vida, yo sigo con la mía. Está claro que siempre voy a estar ahí, como él para mí. Ya veremos que nos depara el destino. Cuándo volvemos a vernos y de qué forma, porque estoy segura que nos volveremos a ver, aunque sea para hablar de cómo nos va.
Me animó mucho hablar con él, porque, como siempre, él me da fuerza para seguir, sabe tranquilizarme y decirme las cosas como son. Tanto que todo el mundo le pone verde por su egoísmo y miles de cosas y es el único que sabe cómo animarme. O el único que lo consigue. Todo lo que hablamos, todo lo que me dijo, ahora hace que esté mejor.
Como le dije a él, le necesito para que me dé fuerza y me ayude a levantarme. O para no caerme.

Ahora estoy más animada, intento pasar de todo lo que no merece la pena y tragarme muchas de las cosas que quiero decir. Al fin y al cabo parece que estoy recibiendo mi castigo por haber hecho según que cosas en el pasado. Pues aguanto.

Los días que tengo buenos pienso, un día menos que queda para que todo esto pase.

jueves, 14 de octubre de 2010

Día negro

Hoy está el día negro negrísimo. LLueve, y no me extrañaría que cayese algún rayo.

Más o menos así estoy yo también. Continuamente explotan tormentas dentro de mí, lloro como si fuera una lluvia incesante, todo lo veo negro. Hay días que solo un poco gris.

Discuto continuamente con mi amiga C, y me fastidia mucho porque nunca hemos estado así, con tan mal rollo. Lo de K me está empezando a dar un poco igual, porque al fin y al cabo ha sido poco tiempo y me ha demostrado que como amiga no vale nada. Si a la primera de cambio me da la espalda, y si me ve mal no me dice nada por orgullosa, o porque me ve seria y cree que le voy a decir alguna barbaridad, pues la verdad. Ya me recordaba a otra chica que conocí hace un tiempo, la típica que te dice mucho cuanto te quiere, te cubre de besos y tienes que hacer siempre lo que ella diga, porque si no, ya está de morros. Pues más o menos eso está pasando con ella.

C dice que la está conociendo de otra manera y no es así, y yo le contesto que también yo la estoy conociendo de otra manera, y no me está gustando nada.

Resultado, discusiones diarias, echarnos en cara cosas pasadas. Yo no lo he hecho bien todo, pero no creo que me haya portado tan mal como para que ahora reciba recriminaciones por todos sitios, no encuentro apoyo ni en mis amigos. Pero en el fondo también me da igual, porque hace tiempo que no me siento tan unida a ellos. Lo malo es que cada vez me encuentro más sola. Menos mal que me queda otra gente que sí que me apoya, me da la razón cuando me la tiene que dar y me dice cuando estoy equivocada, pero sin recriminar ni nada.
Menos mal que nunca me ha importado estar sola.

Lo peor de todo esto es que cuando están ellas juntas, como dos lapas por cierto, cuando siempre han protestado de la gente que va en ese plan, pues yo estoy muy incómoda. Por la situación, porque K y yo casi no nos hablamos. Vinieron a las fiestas del Pilar ella y otro chico, y la primera noche que estuvieron no aguanté nada. Me fui a casa antes de cenar con un ataque de nervios increíble. Y al día siguiente intenté estar bien, pasar de todo, divertirme que es de lo que tenía ganas, pero es que las veo ahí pegadas todo el día, haciéndose monerías y si estás con más gente no es el momento. Tienen muchos otros para sus mimos. Le dije a C que por favor, que se controlaran un poco porque yo me sentía mal, al fin y al cabo me recuerda a lo que he perdido y lo que hace con otra ahora. Y a cualquiera que veo por la calle pues mira, me doy media vuelta y ya está, pero con ellas no puedo hacerlo. Bueno, sí que puedo, de hecho es lo que hice. Porque aparte de todo eso veo como K se ha alejado de mí, cómo me ha apartado y lo peor, cómo no hace nada por volver a juntarnos aún cuando yo lo he estado intentando. Ahora ya me da igual, paso de volver a hablar con ella y que me diga cuánto me quiere si no me lo demuestra.

En menos de un año he perdido a dos personas, una mucho más importante que la otra por supuesto, pero no deja de doler.

Y aquí estoy, metida en el hotel porque llueve muchísimo, y no me apetece coger el coche y salir a estas carreteras de curvas interminables con el tanque de coche que me han alquilado. Menos mal que lo pedí pequeño. Es un Ford Fiesta de los nuevos, pero acostumbrada al mío este me parece gigante, vamos, que ya mismo me saco el carnet de limusinas.

Tampoco me importa estar aquí, estoy bien, haciendo lo que me apetece, y si no, me pondré a leer o lo que sea, al fin y al cabo he venido a relajarme.
Sé que si hubiese venido con él, o con otra persona estaría por ahí aprovechando para ver todo lo que pudiera, pero ahora me da igual. Voy a mi bola. Cuando deje de llover me moveré más.

Son vacaciones, aunque sean pasadas por agua, pero se está bien de todas formas.

martes, 5 de octubre de 2010

Premenstrual

Estoy premenstrual. Supongo.

O quizá es un eufemismo para no volver a decir que estoy deprimida y hundida hasta el centro de la tierra.

El jueves empiezo vacaciones, pero como voy a tener que combinar fiestas y hospital, no es una mezcla muy explosiva, la verdad. Tampoco me anima ver que poco a poco mi padre se va recuperando pero tiene un cáncer que no le van a tratar porque no se puede y no sabes en qué momento le empezará a fallar algo o a doler brutalmente. Pues hasta ese día. Entre seis y nueve meses dicen las estadísticas según el médico, pero eso lo tienen que decir los oncólogos. Pero no han vuelto a aparecer por allí para hacerle nada ni decir nada.

Me voy a Mallorca cuatro días después de las fiestas. Sería maravilloso viajar hasta Mallorca. Pero ahora pienso qué hago yo conociendo un sitio sola? Qué triste no?

No me ayuda pensar que él está ya viviendo con ella, compartiendo piso, vida, sueños...
No sé cuándo desaparecerá este malestar, porque aunque hace días que ya estaban juntos, que sabía que pasaban noches, días y findes juntos ahora es oficial. Y duele más.

Tampoco ayuda que cuando estás tan mal tus dos mejores amigas se líen entre ellas y te sientas, y estés más sola todavía. Y que hables y no sirva de nada. Y discutas, y te dejes de hablar, y vuelvas a oir te quiero mucho eres muy importante, estoy aquí para lo que quieras. Pero las tardes las paso siempre sola. Y algún finde también.
Y menos aún que una de ellas casi no había cortado con su anterior novia y ya estaba con ésta. Y yo llevo once meses de dolor. Es mi culpa. Cosa mía.
Envidia, celos. Tal vez.

Pero duele. Todo me duele.

sábado, 2 de octubre de 2010

Lucas

Mi niño siempre me decía que tenía que escribir un libro. Yo siempre le contestaba que eso no es tan fácil. El decía, pero si escribes muy bien. Yo le contestaba, pero una cosa es escribir cuatro letras como te escribo a tí y otra muy diferente desarrollar una historia y hacerlo bien.
El decía, pues escribe de todo lo que nos ha pasado, porque menudo culebrón.

El caso es que no me pareció tan mala idea y ahora que tengo unos días de vacaciones quería escaparme a algún sitio tranquilo y empezar a revisar todo lo que tengo escrito, intentarlo, aunque al final no saliera nada.

Hoy tenía que estar de finde en Santiago, pero ha ido todo tan mal esta semana con K que al final decidí no ir. Ella se enfadó y en vez de venir a preguntarme por qué no iba, o a decirme que le gustaría que fuese, hizo caso a su maldito orgullo y no me dirigió la palabra. Aunque estaba llorando y triste porque no iba, y se lo contaba a C y a otra amiga, pero no les hizo caso cuando le decían díselo a ella no a nosotras. Pues allí está con su orgullo, con C y con otra que se fue en mi lugar a última hora.

Así que he empezado a buscar los papeles, los cuadernos, toda mi vida escrita con él, y he visto que ha sido siempre lo mismo desde el principio. Siempre pensando que iba a terminar, que no nos veríamos más, que estaba con otra y no me quería. He encontrado un mail que me envío al principio diciendo que no estaba enamorado de mí, que por ella si que sentía amor pero no por mí. Y siempre ha sido igual, excepto los dos años que estuvimos solos, y aún así esa sombra siempre rondaba, siempre salía la misma conversación. Cómo voy a escribir una historia que se repite constantemente? No será peor recordar todo otra vez?
A veces pienso que si llegara a publicarse quizá se diera cuenta de todo lo que realmente he pasado yo, pero tampoco serviría de nada. Creo que ya lo sabe, pues se lo he dicho muchas veces y me ha visto llorar y estar mal.

Y entre todos los papeles he encontrado un mail que le mande a mi anterior ex y también me ha hecho recordar muchas cosas.

Lo he guardado todo mientras se me empañaban los ojos. Lo he vuelto a meter todo al fondo del armario mientras me empezaban a caer las lágrimas.
Me he sentado en el sofá mientras le decía a Lucas, mi gato, qué estará haciendo ahora Juan? Hace tanto que no sé nada de él. Y mi niño? Hoy estará con la mudanza, o arreglando todo de su casa con ella ya allí. Estará feliz por cumplir su sueño de independizarse y encima comparte piso con ella. Otra por la que sí siente amor. Y C y K están en Pontevedra, y divirtiéndose, y yo al final estoy sola en casa. Y las lágrimas me resbalaban por la cara.
Lucas me miraba tumbado en la mesa de delante del sofá. Se ha levantado, se ha acercado a mí y me ha empezado a acariciar con su cabecica. Se ha quedado a mi lado y me pedía más caricias mientras me miraba.
No he podido evitar sonreir. Luego dicen que los gatos son ariscos, van a la suya y no sienten esa fidelidad hacia sus dueños. Qué poco conocen a los gatos quienes dicen eso.

Al final siempre me queda él. No sé qué haré cuando también me falte.

martes, 28 de septiembre de 2010

Cansada

No escribo mucho porque últimamente todo es lo mismo. Discusiones, tristeza, lágrimas, rabia, incomprensión. Cansancio.

Con mi amiga C no paro de discutir. Con K ya he hablado varias veces, pero lo único que saco es que yo me imagino cosas, soy yo la que me separo de ellas, etc.

Así que digo bueno, voy a hacer el esfuerzo y pasaré de todo un poco, a ver.
Esta tarde digo de ir al cine y K dice que no le apetece, como ya habían quedado antes, pues nada, se han ido ellas a lo suyo.
Para mañana llevábamos días hablando de ir a la playa, pero sin concretar nada, yo les iba a proponer ir a otra diferente, y esta mañana me dice C que se van a ir a Sitges, que le han pedido el coche a otro amigo y que se van. Yo me he quedado cortadísima porque parecía que estaba muy claro que íbamos las tres, pero les apetece ir solas. Pues me parece bien, pero decírmelo antes, que ya lo sabían desde ayer.

Y lo peor ha sido que el lunes estuve hablando con K y me soltó el discurso ese de que soy yo la que me separo y me imagino cosas.
Lo único que me consuela es que realmente no me estoy inventando nada. Esta tarde se han ido y no me han dicho de quedar, pues vale, pero que no digan que me separo yo.
Me muerdo la lengua por no discutir más. Porque estoy cansada. Cansada de siempre lo mismo, de que me echen cosas en cara, de que me pongan cara de culo. De que se piensen que soy idiota. De que todo lo que me pasa es porque estoy muy mal por lo de mi niño. Pues estoy mal, pero esto me ha afectado por otro lado, y desde luego él no es el culpable de todo lo que pasa en el mundo ni en mi vida.

Vale, iré a la mía, si un día me dicen quieres venir y me apetece iré y si no, pues no. Ya sé a qué atenerme, no haré planes en plan amigas como quería venderme K ayer, porque ya veo que no puede ser.
Solo les he dicho, me parece bien que queráis iros solas, pero avisarme , no me dejeis hasta el último momento esperando.

Sabéis ese juego que hay que son unos topos que sacan la cabeza de un agujero y les vas dando martillazos para volverlos a meter? Pues así me siento yo.

El tema de mi padre va mejor en general, aunque muy lento. Nos han dicho ya tres o cuatro veces que sí que tiene cáncer, luego que no, que sí, que no. Total, que un día de estos pasarán los oncólogos. Total, que sí. Y mientras le van haciendo rehabilitación para la parte inmóvil, pero no puede despegarse del oxígeno. Así que despacio y de aquella manera.

Y para terminar mi niño o ex niño, el viernes que ya es día 1 de octubre se va a vivir con ella. Así que estoy contentísima con todo. Y eso que hace una semana iban a darse un tiempo y bla bla bla. Siempre igual, en unos meses han cortado dos veces, se han vuelto a juntar, se han dando un tiempo de medio segundo por lo que veo y se van a vivir juntos. No sé cuánto durarán, porque ella aparte de todo creo que es un poco rara y está un poco mal. Aparte de lo que sienta por ella que no es nada bonito, claro, pero he visto, o mejor dicho, oído cosas de ella que no me han gustado nada. Ellos sabrán.
Y claro, para hacer las cosas bien y que no haya mentiras se acabó hablar conmigo y todo eso.

Este finde tenía preparado un finde con C y con K para ir a Santiago, porque K es gallega y quería llevarnos allí. Hace meses que lo preparamos y tenía ilusión. Ahora no me hace tanta, claro, pero haré lo que pueda por pasar de todo y pasarlo bien. Ya veremos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Locura

Necesito ayuda, alguien que pueda entender lo que me pasa.
Tengo la sensación de que o no me sé explicar o me entienden todo al revés.

Todo este asunto de mis amigas me está afectando mucho.
El problema no es que se hayan liado, a mí me parece bien, están muy bien juntas. Tampoco tengo problema en quedarme sola si ellas quieren hacer algo juntas. Siempre me dicen que vaya, que por qué me quedo en casa o me voy sola a la playa, pero es que me siento incómoda con ellas. Intento que no sea así, pero es superior a mí. Nunca me ha gustado estar con una pareja, sobre todo si están en los comienzos y más acarameladas que nunca. No es que se den besos delante de mí ni nada de eso, pero sí que se dan la mano aunque sea disimuladamente, hay miradas, risas, en fin, lo normal.

El problema es que siento que la persona que había encontrado para apoyarme, la que me había ayudado, en quien había confiado, K, ahora se ha alejado de mí. Ya estaba yo bastante insegura, bastante apocada y mal y cuando por fin empiezo a animarme con ella, con el grupo que se había formado, empiezo a notar que se acerca más a mi otra amiga, C, que a mí.
Ya hace un tiempo que lo notaba, que hablaba más con C, que se reía mucho con ella, que cuando estábamos todos se pegaba más a ella, incluso cuando estuvo de vacaciones le enviaba sms o la llamaba a ella cuando antes lo hacía conmigo.
Yo empecé a pensar que era normal, porque la mayoría del tiempo estoy depre y todo el mundo prefiere estar con quien se ríe. A veces K me decía que si ya no estaba bien con ella, y yo le contestaba que todo lo contrario, que era ella la que se estaba alejando de mí y estaba más con C. Decía que no era así, que eran cosas mías.
Hasta que se liaron, y entonces cada vez la distancia entre nosotras ha sido mayor. Yo sé que si le pido ayuda está ahí, si me ve mal se me acerca y me dice que cuente con ella. Todo eso lo sé. Pero es que también necesito la atención que me daba antes. Que por estar ahora enamorada, enchochada, atontada o como esté con C, n quiere decir que no exista nadie más.
En el trabajo solo habla con ella, si yo no me acerco apenas me dice nada. Quedan y se van a la playa, a tomar algo o donde sea. A veces voy, porque no quiero separarme, pero no estoy muy a gusto, y eso que lo intento, de verdad.
Ahora solo la llama a ella, se pone en el Facebook y yo ya no puedo hablar con K como hacía antes. Antes me decía a mí, o a C, o a las dos porque estábamos juntas, hacemos tal cosa? Ahora es C la que me dice, vamos a ir a tal sitio te vienes? Pues a veces me apetece y a veces no.

Tenemos un finde reservado desde hace un mes o más para ir a Santiago en octubre, y nos apetecía mucho a las tres, porque íbamos a pasarlo muy bien. Ahora no me apetece nada, porque vamos ellas dos y yo. Y eso que vamos a casa de una amiga de K, y con su hermana, y allí no saben nada de esta relación porque no quiere decir nada.

Lo he hablado con K, dice que no cree que se haya separado de mí, que sabe que la tengo para lo que quiera.
Lo he hablado con C, dice que si no puedo entender que quiere estar con ella, que no me deja sola que lo que K quiere es estar con ella. Y se enfada.

Ya no puedo decirles nada, porque cualquier cosa que digo se la toman mal. Y es cierto que a veces meto alguna puya, porque se me escapa, porque supongo que en el fondo me da envidia que estén tan bien. Que C aún no había terminado con su otra relación y ya estaba con esta, y parece que lo anterior no exista. Y yo sigo pasándolo mal porque echo de menos a la persona que más quiero en esta vida. Y encima el grupo que había encontrado se ha separado un poco, porque el chico que vive con K también se ha dado cuenta que se ha separado de él, y ya lleva un tiempo que tiene problemas con ella y se ha ido con otra gente. Con nosotros ya no viene tanto.

El viernes estuve en su casa, fui a hablar con él, y me decía que sí, que hacía tiempo que se había separado de él, que primero se juntó mucho conmigo, que ahora con C, que luego se cansaría y se iría con quien fuese. No le podía decir que tal vez no se canse tan pronto porque no son solo amigas, porque ella tampoco ha querido decírselo.
Me hace gracia porque un día les dije que tuvieran cuidado en el trabajo, que se cortaran un poco porque se les notaba mucho y la gente enseguida habla y para hacer daño, y yo no quería que C saliera mal parada, al fin y al cabo es 20 años mayor que la otra, y nunca le ha gustado que nadie sepa nada de su opción sexual. La respuesta de ambas es que les da igual y que no están haciendo nada malo. Vale, no digo que hagas nada malo, pero entonces por qué no lo dices a tu compañero de piso, ni a tus amigos?

En fin, que ya no sé si es normal lo que me pasa, si tengo celos de su felicidad, o me veo sola otra vez y no quiero confiar en nadie más porque está claro que siempre aparece alguien mejor que yo y se van. Estoy en el banquillo, pero no valgo para jugar, parece ser.

Me da mucha rabia cada vez que C recibe un sms de ella o cualquier cosa porque antes me llamaba a mí. Yo me sentía bien, y la gente decía que qué bien nos llevábamos y qué amigas nos habíamos hecho. Ahora nada. A veces me da rabia hasta verla.

Me siento sola otra vez.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Escapada

El sábado exploté de todo lo que llevaba acumulado. Muchas cosas, y no sé ni cómo pasó.
Estábamos cenando en casa de un amigo y bien, riéndonos y tal, hasta que de repente ya solo recuerdo estar chillando como una auténtica histérica, llorando y como una loca.

Me sentí tan mal al día siguiente, tenía tantos nervios todavía que el lunes cogí un tren y me fuí. Necesitaba estar sola, alejarme de todo y de todos, pensar, tranquilizarme.
He estado en Madrid dos días y medio, y la verdad que me ha ido genial. Realmente solo para desconectar ese tiempo, porque hoy en cuanto entraba a la estación me ha dado el bajón otra vez.
Supongo que por volver a lo de siempre. No se pasan las cosas así de fácilmente, ni tan rápido.
Y eso que venía animada, con ganas de que todo fuera bien.

Esta tarde he quedado con mi otra amiga, la que os contaba el otro día que notaba que se alejaba de mí. Tenía que hablar con ella de todo lo que había pasado porque también le grité el sábado por teléfono. Ya os digo que fue una situación lamentable. Uno de mis amigos me tuvo que coger de los brazos y apoyarme contra el coche porque estaba fuera de mí. Me ha dejado moraduras, pero bueno, al menos me estuve quieta.
Pues a lo que iba, durante la semana que he estado fuera ellas dos han intimado más y vamos, que se han liado bien.

Cuando hemos quedado hemos hablado, y me decía que ella no se alejaba de mí, que me quería mucho, que era una impresión mía, que siempre había estado ahí.
Pues será que estoy sensible. Pero si está más con ella, está menos conmigo eso es así. Por mucho que lo entienda, que lo comprenda y que sea lo más normal del mundo.

Después de un rato ha venido mi otra amiga, y normal, hasta que ha pasado un rato, y yo veía que se hacían ojitos, que se miraban, pero estaban controlándose para no hacer nada. Habían aprovechado mientras se bañaban, pero lógicamente tenían ganas de más.
Así que me he ido para casa y las he dejado solas.

Me he vuelto a sentir sola, allí estaba sobrando como es normal. Así que tendré que acostumbrarme a ir sola a los sitios, o cuando vaya más gente, porque desde luego con las dos solas no vuelvo a ir. No me gusta molestar a nadie.

Tal vez me vaya otro finde a otro sitio yo sola, esta vez lo he pasado muy bien, pues repetiré.
Igual hoy no he escrito muy claramente, pero estoy nerviosa y no me centro.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Harta

Harta de todo.

De sentirme mal, de que la gente de alrededor encuentre la felicidad y yo no pueda.
De sentirme sola, de ver cómo me quedo sola. De estar aquí, de que las cosas no me salgan bien.
De mi carácter, que no debe ser tan bueno como creo o parece y que de hecho no lo es. De ser una puta egoísta.

Harta de mí y del mundo entero.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

No sé por dónde empezar

No sé qué contar primero ni cómo. Está claro que estoy mal, que todo me sale al revés o no me sale. Me siento triste, sola, soy egoísta, estoy rabiosa, celosa y envidiosa.

De lo de siempre sigo mal, le echo de menos, a veces me enfado con él, y encima sé que con ella no está bien, pq es tan celosa y sobre todo desde que nos vió que parece ser que ahora está agobiante perdida, pero ese no es mi problema, ellos sabrán lo que hacen. En el fondo hasta me alegro, aunque no me gusta cuando él está mal. Pero oye, que hubiese elegido mejor.

Iba a mi pequeño paraíso a relajarme, al bosque donde iba con él, a nuestra cueva a bañarme. Fui un día y un tío muy sospechoso empezó a hablarme y me dio mal rollo. A los dos días vuelvo, estoy en mi cueva, nerviosa por otras cosas, y no estaba nada relajada. Me vestí y me preparé para irme, cuando de repente me veo al tío psicópata ese que lo tengo ahí delante y me dice que si se puede poner ahí. Total, otra vez ahí agobiándome, con esa cara de panoli como la que tienen los asesinos en serie. Me puse más nerviosa, me largué de allí con los nervios de punta, llorando porque sabía que no iba a poder volver. No me fío, ese tío merodea por allí y encima va al mismo sitio que yo, no sé si porque ya iba o porque me vió. En cualquier caso no me acerco. Perdí mi paraíso.

La chica con la que me fui de crucero, con la que me llevaba tan bien y empezaba a sentirme tan a gusto, hace un tiempo que está más unida a mi otra amiga. En el trabajo no paran de hablar ellas dos, están todo el día hablando por el facebook, cuando ella se fue de vacaciones no hacía más que enviar sms y llamar a mi otra amiga, cuando antes todo eso lo hacía conmigo. Y sí, estoy celosa, envidiosa, lo que queráis, pero es que siento que se aleja de mí, que ya no le importo tanto. Y encima mis sospechas se han confirmado, y todo esto es porque se gustan. Y están empezando a tontear. Mi amiga de siempre acaba de cortar con su novia porque estaba agobiada de sus celos, y ya tiene a alguien con quien evadirse, alguien que le hace olvidar. Y me da rabia que todo el mundo tenga a alguien y yo siga sola, que el que me gusta no me haga ni caso porque no le gusto ni se interesa por mí.

El viernes me iba a hacer rafting, teníamos el finde reservado y me apetecía ir a la montaña, hacer algo nuevo y diferente que me apetecía un montón. Necesitaba ese finde para desconectar, para ver si me relajaba un poco pq últimamente estoy muy nerviosa y rabiosa.
Pues justo a las dos menos cuarto, cuando estaba a punto de salir y ya pensando en irme me llama mi hermana y me dice que mi padre está muy mal, en la UCI, que les han dicho que está muy grave y que igual no sale.
Me traen a Zaragoza, mi padre fatal y no sabían qué tenía. Ahora ya sabemos que fue un infarto cerebral, tiene la parte izquierda paralizada, pero ya se ha despertado y nos reconoce, intenta hablar con nosotros aunque está llenos de tubos y no puede. Tiene respiración artificial y el corazón muy débil. Además le han encontrado tumores en los pulmones y están extendidos, y no saben si es cáncer o no, aunque creen que sí. Total, que no sé si es mejor o no que se haya despertado si va a estar tan mal y va a tener que pasar un cáncer que ya no se puede tratar de la metástasis que tiene.

Llevo desde el viernes en Zgz, y ya estoy agobiada. Demasiado roce familiar para mí que me fui a vivir lejos por las circunstancias pero que no he tenido nunca prisa en volver porque me siento mejor lejos de todos. Me gusta venir un finde y estoy bien, pero tantos días ya no puedo. Y tengo que estar porque si no, no vería a mi padre. Pero esta no es mi casa, ya no tengo aquí mi vida. Los demás salen del hospital y hacen sus cosas, se van a sus casas y con su gente. Yo me siento aquí fuera de lugar. Necesito estar en mi casa, ir a comprar y pensar lo que me hago para comer o para cenar, dormir en mi cama rodeada de mis fotos, mis libros y todas mis cosas, acariciar a mi gato cuando llego a casa y que se refrote en mis piernas cuando quiere mimos. Necesito poner la lavadora y fregar mis cacharros, ver los programas que me gustan o hacer mis cosas en el ordenador. Y menos mal que un amigo me ha dejado un portátil, si no ya estaría loca.
Siento que soy una egoísta por querer irme, pq parece que no quiera estar aquí para ver a mi padre y eso, pero es que yo ya no vivo aquí. Hace mucho tiempo.

Empiezo a sentirme como un león enjaulado, nervioso, y con ganas de saltar contra el primero que aparezca y ose acercarse a mí. Aunque venga con las mejores intenciones.
He llamado a mi amiga para contárselo, y he tenido que insistir cinco veces, pq no se enteraba. Dónde estaba? Comiendo con la otra, contándole sus secretitos. Qué rabia me ha dado.

Ya no sé si quiero estar sola, o que todo el mundo esté pendiente de mí. Nó sé si quiero estar aquí o allá. No sé si quiero que la gente sea feliz o que les vaya mal para que estén como yo.
No sé si me estoy volviendo loca o es que están saliendo mis peores instintos.
No sé lo que quiero ni lo que me está pasando.

domingo, 22 de agosto de 2010

Respuesta a los anteriores comentarios

Que piense todas esas cosas no significa que no siga con mi vida.

Que a veces no tenga planes no significa que no me apetezca salir y divertirme.

Que le eche de menos y le añore con toda mi alma no significa que no vea nada más.

Y sobre todo que desee que vuelva conmigo no significa que esté esperándole como una idiota.

Ya sé lo que hay, ya sé cómo es, ya sé el daño que me ha hecho, pero también sé las miles de cosas buenas que me dio y muchas veces no conté aquí. Porque el blog me sirve para desahogarme, para contar mis penas cuando no puedo más. Cuando necesito expresar cómo me siento. Si hubiese contando constantemente los ratos buenos, esto no sería apto para diabéticos.

El hecho de que todavía llore por él, por mi futuro incierto, por la poca autoestima que me queda y que tengo por los suelos, no quiere decir que no desee que algo bueno me pase, ni que me esté encerrada en mi casa, ni mucho menos que me vaya a meter a un convento de clausura.

No estoy ciega ni soy imbécil. No me creo hace mucho los cuentos de hadas porque no es la primera vez que me dejan, y ya sé que se sale como he salido otras veces.
Pero esta vez ha sido diferente porque ha sido una relación más larga, más profunda y con muchas historias buenas y malas que he pasado. Y me va a costar muchísimo más.

En otras ocasiones a estas alturas ya estaba curada y conociendo otra gente. Ahora simplemente no puedo, porque sé que éstas heridas tardarán más en cicatrizar.

sábado, 21 de agosto de 2010

Mi Mr.Big

Una de mis series favoritas es Sexo en Nueva York. Me encanta, porque refleja muy bien los sentimientos de amor, desamor, traición, celos, amistad... En fin, las relaciones entre mujeres y mujeres y hombres en general.

A esta serie me enganché tarde, pero he visto todas las temporadas cientos de veces.
A las que os guste sabréis que desde el principio Carrie tiene una relación con Mr.Big, que no acaba hasta el final.

Es una relación difícil, las cosas no van siempre bien, pero siempre siguen juntos de alguna forma, no pueden vivir el uno sin el otro. Cada uno va teniendo sus relaciones, pero siempre están ahí los dos. Se encuentran y desencuentran, se llaman cuando el otro tiene una relación y se ven.

El casi siempre la decepciona, por eso ella corta la relación al principio, pero luego no puede evitar buscarle otra vez. Sus amigas siempre le aconsejan que no esté con él, siempre se enfadan cuando le ve, porque saben que acabará haciéndole daño.Y así se pasan todas las temporadas, que sí, que no.
Hasta que al final él va a buscarla a París, y por fin, acaban juntos.

Hace mucho tiempo que me pregunto si él será mi Mr. Big. Supongo que todas tenemos uno, alguien sin el que no podemos vivir, aunque no nos quede más remedio que seguir adelante. Alguien con quien volveríamos con los ojos cerrados aún sabiendo que nos hará daño otra vez. Pero sabiendo también que los momentos a su lado son inolvidables. Alguien con quien queremos que todo salga bien, por quien apostamos que esta vez sí que saldrá bien.

Yo sé que él no vendrá a buscarme a París, ni siquiera vendrá a mi casa que está a veinte minutos de la suya en coche. Pero sé que siempre estará ahí de alguna manera.
Sé que si las cosas no van bien con ella él volverá conmigo aunque sea como antes, y yo aceptaré. Sé que si yo estoy con alguien y él me llama casi seguro que caeré. Podría apostarlo.

Sé que es la misma atracción que siente Carrie, que tan bien reflejada está en la serie y que nadie puede entender.
Pero son los mejores amigos, los mejores amantes, el único hombre que hace que su vida valga la pena, el que la hace sentir viva, y al que le perdona todo.

Las cosas no tienen que pasarme igual que en la serie, está claro, al fin y al cabo, por muy real que sea no deja de ser ficción, y yo estoy en la vida real.

Pero sigo deseando que algún día se dé cuenta de lo que significa perderme, y venga a buscarme donde quiera que esté.

jueves, 12 de agosto de 2010

Lo que echo de menos

Cuando me dicen que encontraré a otro, que hay alguien por ahí para mí y todas esas cosas, pienso, no es tan fácil.

No será fácil encontrar a alguien que me guste tanto, que coincida en tantas cosas conmigo. Hay cosas que vienen solas, o que puedes aceptar o no, que te acaban gustando, pero hay otras que son difíciles aunque no lo parezca.
Por ejemplo, para mí, es bastante importante que el tío no fume,que tenga un gran respeto por los animales y que no quiera tener hijos. Eso es complicado.

Otra cosa que me gustaba mucho de estar con mi niño es que para la familia era igual de desapegado que yo, no tenía la necesidad de estar constantemente en casa, o con sus padres, además no tiene hermanos ni nada, lo cual está muy bien a la hora de meterte en una relación, estás más tranquila. Y le gustaba que estuviésemos solos los dos, yo tampoco soy de salir en plan parejitas y todo eso. Alguna vez vale, pero no de continuo.

Además tuve la suerte de que es mi ideal físicamente. Alto, moreno, ojos oscuros, labios carnosos... Bueno, mejor no sigo que me pongo loca solo de acordarme.

Luego ya empiezo a pensar, y a recordar, y echo de menos muchas cosas. Echo de menos su manera de hablar, cómo me hacía reir con sus tonterías, las bromas que teníamos entre los dos.
Echo de menos que me cuente cosas, lo que lee en las noticias, los nuevos descubrimientos científicos, lo que ha visto en un documental sobre animales. Hablábamos de cualquier tema.

Me gustaba que se preocupara por mí, que coincidíamos en muchas cosas, nos gustaba hacer lo mismo y lo disfrutábamos a tope. Siempre me divertía con él.

Me gustaba que se preocupaba por su imagen, siempre iba arreglado, es incapaz de salir a la calle sin arreglarse el pelo, él sin su secador y su gomina no es nada :)

Me gustaban y me gustan tantas cosas de él, tantos pequeños detalles que no tendría tiempo de seguir escribiendo.

Lo que daría por hacer el amor con él, por volver a sentirle dentro de mí, tenerle tan cerca y poder acariciar su piel tan suave. Que dejara su olor en mis sábanas otra vez. Huele tan bien...

Lo que daría por hablar media hora con él. Sólo eso.

Lo que daría por volver a reirme con él.

martes, 10 de agosto de 2010

Depresión

Este sábado hará un mes que no nos vemos, que no hablamos.

Está siendo el peor mes de mi vida, sin tener en cuenta que llevo ya ocho más de pena.

Estoy muy depre, lloro casi todos los días por no decir todos, pues siempre hay algo que me hace acordarme de él.
Por las noches cuando duermo tengo sueños raros, pesadillas, y a veces me despierto con ataques de ansiedad y ya no puedo volver a conciliar el sueño. Me paso el día pensando en qué hará, cómo estará con ella, aunque intente evitarlo, cualquier cosa hace que me venga algo a la cabeza y me vuelvo loca.

Esta tarde he ido al sitio que nos bañábamos siempre. Aunque parezca mentira es el único sitio en el que consigo relajarme. Era nuestro paraíso, y parece que ahora se haya convertido en su infierno, pues es allí donde ella nos pilló.
En cualquier caso a mí me relaja ir allí, y aunque él no está físicamente es como si estuviera, porque hay tantos recuerdos, tantas horas juntos, tantas risas, tantos besos....

El caso que estaba allí relajada, y cuando me iba a ir he visto una pareja bañándose, abrazados y besándose, disfrutando del baño.
Como disfrutábamos nosotros.
Como disfrutarán ellos. Y me he empezado a agobiar imaginándolos en el agua, si él estaría tan dulce con ella y ella tan lapa con él.
Me he ido de allí y he tenido que sentarme un rato en el bosque porque me ha empezado otro pequeño ataque de ansiedad. No podía respirar, me encontraba muy nerviosa.
Cuando estaba mejor me he ido a por el coche. A la salida hay un stop, he parado, he mirado a la izquierda, nadie abosulutamente, miro a la derecha, nadie. Salgo y en ese momento me veo una bici delante de mi coche. Empotrada. No he tirado al hombre al suelo de puro milagro. Ha sido arrancar y frenar, pero le he dado un golpe. Más susto y más nervios.
He salido y le he preguntado si le había hecho algo, nada, menos mal. Solo se ha dañado la bici. Bueno, después de estar allí un rato todo arreglado.

Si hubiese sido una peli, el tío habría sido un joven guapo y cachas, nos habríamos cambiado los teléfonos y aventura a la vista. Pero era un señor mayor, rechonchete y moro. No tengo suerte ni para eso jajaja. Al menos no le he hecho nada, que ya es bastante.

Son los nervios, que me tienen descentrada y soy incapaz de concentrarme en nada. No es la primera vez que me pasan cosas, no tan graves, pero bueno. Al final no voy a poder ni coger el coche.

Tengo ganas de que llegue el finde para estar sola, últimamente es lo que más me apetece, no quiero ver a nadie, necesito tiempo para estar yo sola.

Y si no escribo más es por no aburrir con mis penas. Siempre es lo mismo. Ya sé que se pasará, pero no sé cuándo, ni a qué precio. Ojalá llegara el día en que ya estuviera bien.

lunes, 2 de agosto de 2010

Dicen...

Dicen que no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes.

Pero también dicen que la distancia es el olvido.

Por eso me pregunto: me valorará y se dará cuenta de lo que ha perdido? Cambiará lo que siente o lo que piensa?
O simplemente me olvidará. Y no me refiero a que no sepa quién soy, sé que nunca me olvidará de esa forma. Me refiero a que olvide todo lo bueno que tenía conmigo, a que olvide lo bien que lo pasábamos.

Me dijo que nunca olvidaría todo eso. Pero solo puedo pensar en lo que pasa por su cabeza mientras la mía no deja de dar vueltas. Mientras le echo tanto de menos...

jueves, 29 de julio de 2010

Vacaciones

Esta semana estoy de vacaciones, y desde luego no son ni las que deseaba ni las mejores.
No me quejo, ha venido mi hermana tres días, y ahora tengo dos para mí sola, para estar a mis anchas, pero le echo de menos.

Qué le voy a hacer, no lo tengo ni medio superado. Por mucho que lo intente, por mucho que salga y haga otras cosas, por mucho que intente entretenerme. No lo supero porque lo tengo metido en mi cabeza, en mi corazón, y no puedo sacarlo. Es imposible.

El lunes me fui a Peñíscola con mi hermana, le hacía ilusión y nos fuimos. Yo no había vuelto sin él porque sabía que iba a ser muy duro, que me traería muchísimos recuerdos, y lo peor es que sé que no voy a volver allí con él.

A cada paso que daba me venía un recuerdo a la cabeza, en cualquier momento pensaba que giraría la cabeza y él estaría allí. Que sería él quien estuviera en la mesa del restaurante esperando a que yo saliese del baño. Y no lo hacía a posta, simplemente me venía a la cabeza, era lo que sentía.
A lo largo del día me fui encontrando peor, más triste, aunque intenté no demostrarlo delante de mi hermana. Me dolía saber que no volvería con él, que él ya ha estado con ella allí, y que seguramente con ella sí que vuelva. Empecé a sentir un dolor en el pecho, algo que me apretaba y me ahogaba. No exagero, es la verdad.
Lloré en la ducha cuando estaba sola. Lloré en la cama en silencio, porque él no estaba, porque se estaba perdiendo una noche allí, porque no habíamos tomado nuestro cocktail juntos, porque no podía hacer el amor con él.

Ese dolor no se me pasó hasta que volví a casa al día siguiente. El martes estuve en otro pueblo, en el que estuvimos el último finde que nos escapamos hace nada. Aún oía la conversación que tuvimos en aquella terraza mientras comíamos chipirones y bebíamos cerveza con limón. Aún le oía decir que no se arrepentía de estar conmigo aunque sabía que se la jugaba, que no sabía cómo terminaría esto ni cuánto duraría.

Todo está reciente en mi cabeza, en mi piel, en mis oídos, en mis ojos, en mi alma. Aunque hayan pasado cuatro años de algunos recuerdos.

No estoy todo el día triste, pero tengo muchos bajones, mucha añoranza, y mucho dolor.

sábado, 24 de julio de 2010

Capítulo final

Hace una semana que no le veo, y solo es el principio. Me mata no saber cómo está, ni dónde, ni poder hablar con él.

Ahora que empezaba a salir un poco de esto, a disfrutar con las cosas que hacía y a asumir que esto tenía que terminar, que si el mes que viene ya se iba a vivir solo no podríamos vernos tanto, ni hablar tanto. Y si se iba con ella menos todavía. Pero sabía que estaría ahí, que en algún momento me llamaría, y yo a él, y nos contaríamos qué tal nos iba.

Y todo ha terminado de la peor manera posible. Sin vernos, sin hablarnos, sin saber siquiera su número de teléfono. Sufriendo los tres.

Hace un par de semanas estábamos en la playa como otras tardes. Estábamos bien, pero parece que todo se confabuló para que saliera mal.
Mientras se cambiaba de ropa para ir a jugar un rato a fútbol, vinieron unos chicos y pillaron el campo, con lo cual, como no nos gusta estar con gente, nos fuimos directos a la playa. Mientras íbamos a nuestro sitio hablábamos de si se iba a ir con ella o no a vivir. Yo le decía que tenía que centrarse de una vez, que no podía hacer las cosas como las quería hacer, que tenía que empezar a tomar decisiones y asumir sus obligaciones. Yo estaba un poco mal, y discutimos un poco, pero al final todo se arregló, nada importante. Yo le decía que me aterraba perderle, que me dolía saber que quería hacer su vida con otra, que me sentía perdida desde que se había ido.
Estuvimos un rato tomando el sol, y mirando los cangrejos que había en una roca, tranquilamente, solo comentando lo que hacían, cómo se escondían y como se quitaban el terreno unos a otros. Nos fuimos pronto.

Al llegar al coche vio que tenía dos llamadas perdidas de ella, y le extrañó. Yo le dije, no pasa nada, si sabía que venías a la playa y no te llevas el móvil.

Por la noche me llamó. Tenía la voz rota, estaba muy agobiado, solo me decía, no te imaginas lo que ha pasado Sally, no te lo imaginas, estoy fatal. Pensé que le había pasado algo a sus padres, me asusté. Resulta que ella había ido a buscarle, sin decirle nada, y se perdió por el bosque. Por eso le había llamado. Empezó a andar y nos vió mientras nos bañábamos o a saber cuándo.
Evidentemente la tía le montó un pollo terrible, y cortaron.

Si esos chicos no hubiesen llegado en ese momento al campo, nosotros habríamos estado jugando un rato, y quizá cuando ella llegó a la playa él todavía hubiese visto las llamadas y no habría pasado nada de esto.

El estaba fatal, decía que la culpa desde luego era solo suya, que ya sabía a lo que se arriesgaba con todo esto, y que no se arrepentía por mí, pero que no soportaba haberle hecho tanto daño a ella.
Supongo que era cuestión de tiempo. Es como cuando juegas con fuego, sabes que puedes quemarte, pero hasta que no te quemas, no te das cuenta de lo que puede llegar a pasar.

Me dijo que necesitaba unos días de estar solo, que necesitaba pensar, que se sentía un cabrón y que estaba destrozado.
Me dijo por mail que teníamos que hablar, que había tomado una decisión firme e irreversible.
Yo ya sabía que era no verme más. De hecho cuando me contó lo que había pasado hasta yo pensé en decirle pues hasta aquí hemos llegado. Pero no quería dejarle solo en ese mal momento.

Hablamos el sábado pasado, dijo que no podíamos seguir así, que no sabía qué pasaría con su vida ahora, pero que se había dado cuenta del daño que estaba haciendo a la gente que quería. Que no quería volver a mentir, que quería empezar lo que fuera pero bien. Y que teníamos que dejar de vernos porque si no no nos desengacharíamos nunca el uno del otro.

Fue muy triste. Otra vez. Otra despedida. Me da la sensación que últimamente estoy siempre despidiéndome de él. O estaba. Porque ahora la decisión está tomada y no nos vemos, ni nos hablamos. Se ha cambiado el número de móvil y no ha querido dármelo. Aunque yo le insistiera que no era para llamarle porque sí, si no en caso de que me pasase algo grave, porque al fin y al cabo no tengo a nadie aquí.

Dijo que no, que la cosa ahora con ella está muy mal, que puede que vuelvan, pero para eso ya no quiere mentir, y si ella ve mi nombre en un mensaje o cualquier cosa se pondrá loca otra vez, porque por supuesto, piensa que la culpa de todo la he tenido yo. Ahora soy para ella la zorra mayor del reino. Para mí lo es ella, así que estamos en paz.

Esta semana la he pasado fatal, porque me he sentido decepcionada y dolida. Porque al final, he perdido a la persona que más quería, que más quiero, porque no han cambiado mis sentimientos tan pronto. Una persona que vale la pena aunque mucha gente no lo crea. Alguien con quien tenía una relación muy especial, una conexión como no he tenido con casi nadie.

El sábado no podía dejar de llorar, sabía que esta vez era definitiva. Le pregunté si me echaría de menos, me dijo, Sally, voy a echar tantas cosas de menos que ni te lo imaginas, pero no puedo pensar en ello ahora o no seré capaz de hacer esto.
Volvío a repetirme que no me va a olvidar nunca, porque yo siempre he estado ahí, le he tratado genial, no como él a mí, y le he ayudado. Le he cambiado en muchas cosas, y he sacado tantas cosas buenas de él que le he hecho mejor persona. Que a no ser que tenga Alzheimer jamás me va a olvidar, y que quiere que sea feliz, que al final esto nos vendrá bien a los dos. Dijo que echará de menos muchas cosas, las cenas, hablar conmigo de cualquier tema, los viajes, miles de cosas. Y que no piense ni por un momento que no pensará en mí, porque lo hará, hay muchas cosas y muchos sitios que le recuerdan a mí, o a cosas que hemos hecho.
Cuando entró en el ascensor, oí cómo empezaba a llorar.

El jueves fue el último día que hablamos por un tema, y me volvió a decir lo mismo, y también que está fatal por todo el daño que me ha hecho, que tampoco es fácil para él renunciar a mí, pero como le había dicho muchas veces, tiene que elegir, y esta decisión estaba tomada desde hace tiempo, pero al final siempre nos veíamos. Así que ahora es tajante y radical. Hasta por lo menos dentro de un tiempo, el que sea, no se sabe, no nos llamaremos, ni nos veremos ni nada de nada.

Yo creo que ellos van a volver, aunque por lo poco que sé la cosa está difícil y muy tensa. Normal. Pero también sé que esto les dejará huella a los dos, y no será fácil, y al final saltará, por un lado o por otro. O porque ella no llegue a confiar nunca y se agobie cada dos por tres, o porque él se canse de que le aten tan corto y tenga que dar cuenta de todos sus movimientos.
Además, me ha contado cosas de ella que francamente, yo veo que algo de maldad tiene, pero bueno, qué voy a ver yo. El dice que por supuesto tiene muchas cosas buenas con ella también, que estaba muy ilusionado en vivir con ella, que apostaba por esta relación. Pero también hace tres semanas estuvieron a punto de cortar porque discutían mucho, y él estaba otra vez dudando de todo. Ahora parece que ya no se acuerda de eso, pero supongo que también es lo normal.

Así que al final, los tres hemos llorado, y sufrido. Yo he perdido a mi niño y todo lo que conllevaba. Y la que me he quedado sola, soy yo.

miércoles, 30 de junio de 2010

No sé qué hacer con mi vida

En respuesta a vuestras preguntas lo llevo mal, muy mal.

Creo que he entrado en la fase de ver que todo es real, que nada va a cambiar, que él sigue adelante con ella y cada vez tienen más en común y más planes y menos tiempo para mí. Aunque es verdad que siempre que puede quedamos. No es un consuelo ni la buena acción del día, lo sé, pero es lo que hay.
O lo que me estoy buscando, con lo que me estoy quedando.

Hace dos findes nos fuimos los dos juntos a un hotel por aquí cerca. Estaban aquí los padres de ella y él no quería quedar. Así que nos escapamos y de verdad que hubo momentos geniales, de esos que me decía que echaba mucho de menos conmigo, de esos que solo compartimos nosotros. De risas, de pasión, de sexo, de amor, de todo un poco.
Pero también los hubo malos, cada vez que ella le llamaba y yo tenía que esperar a que terminara de hablar, y es muy pesada, le llamaba mucho.
Hace poco le dije que cuándo volverían sus padres, pero me dijo que no sabía, y que a lo mejor la próxima vez ya no podía escaquearse. Conmigo si no ha querido hacer algo no lo ha hecho aunque le haya insistido hasta la saciedad, pero con ella sí. Ahí está una de las diferencias en las que se ve que por ella siente algo que por mí no sentía, aunque lo pareciera.

Y ha habido días de fiesta desde entonces y otro finde, y él ha estado en su casa todos los días, una semana entera. A mí últimamente me decía que no podía quedarse porque a su madre no le sabía bien que no apareciera por casa en tantos días. Otra diferencia.
Podría jugar al juego de las siete diferencias, pero no quiero hacerme más sangre.
Para todos aquellos que como yo pensaban que sí que estaba enamorado de mí, ahí quedan los ejemplos. Aunque siga sin entender nada.

Y cada vez me duelen más estas cosas, porque cada vez voy descubriendo cosas nuevas, que esto avanza, y yo estoy estancada sin poder salir de este maldito agujero negro, por mucho que lo intente. Nadie tiene más ganas que yo de estar bien, de dejar de llorar al menos un día, de no sentir una punzada en el pecho cada vez que pienso en lo que hará, de dejar de tener ataques de ansiedad por si me los encuentro, de dejar de sentirme tan triste por no formar parte de su futuro, por ser solo una parte de su vida que cada vez necesitará menos.

Y juro que estoy pensando en dejarlo porque me duele mucho todo, porque los ratos buenos son muy buenos, pero cada vez se mezclan más con mis neuras, mis pensamientos, mis sentimientos. Mi dolor.
Pero pienso que si no le veo también estaré mal, también pensaré en lo que hará y seguirá su vida. Y no tendré los ratos buenos que seguimos teniendo. Y me arrepentiré por si algún día podría haber venido a casa conmigo, por si no puedo compartir un picnic más en la playa con él, o quizá otro finde.

Estoy enloqueciendo, de verdad, no es broma. Mi salud está afectada, no veo la salida. Estoy muy deprimida. Tomo valeriana para poder dormir, y por la mañana otra pastilla para levantar un poco el ánimo, aunque creo que no me está funcionando mucho. Intento olvidarme, divertirme, pero el dolor es más fuerte y me puede. En esta nueva fase ya no llevo ocho meses sin él, es como si empezara de cero al aceptar la realidad.

Sé que me lo estoy buscando, pero de verdad que no hago más que pensar en todo esto, y no veo la salida. Aunque para todo el mundo sea fácil decirme déjalo, te hará daño un tiempo y se pasará. No lo sé.

Había empezado a gustarme un tío del trabajo hace unos meses, creía que yo también le gustaba algo, pero no. No creo que nadie quiera estar conmigo, quizá soy demasiado blanda, perdono demasiado, o a saber cuál es mi fallo.
El dice que ninguno, que es cuestión de sentir o no sentir, que no he hecho nada mal. Y lo sé, he actuado como soy, como he creído conveniente, pero algo debe haber cuando ninguno se enamora de mí pero sí de las que vienen después.

No sé qué hacer con mi vida.

martes, 22 de junio de 2010

El crucero

El crucero fue muy bien. Mucha piscina, jacuzzi, comida, mojitos, ciudades nuevas y desconexión.

De todo menos de él. Como ya esperaba. Lo eché tanto de menos...
No podía evitar acordarme de él en todo momento, en lo que haríamos juntos, en cómo fue el otro crucero con él.
Igual que me confesó él un viernes bajo las estrellas, que hubo muchos momentos en los que se acordó de mí, de cómo me gustarían las cosas, de lo diferente que habría sido conmigo. De lo que echa de menos momentos como ese junto a mí.

Ya lo sé. Pues que vuelva, que se aclare, no sabe lo que quiere y lo quiere todo. Todo lo sé, todo lo que digáis.
Pero también sentía otras cosas con ella que conmigo no sentía. Y eso gana. Supongo.

lunes, 7 de junio de 2010

Es fácil

Es fácil decir que podré vivir sin él, pero me está costando media vida.

Es fácil decir que encontraré a otra persona que me merezca, pero no sé quién dice quién merece a quién.

Es fácil decir que tengo que quererme, pero yo me quiero mucho, mi único fallo es amar a alguien más que a mi vida y no ser correspondida. Por eso no me quiero y pierdo la dignidad?

Es fácil decirlo cuando no se está dentro, cuando se ha salido de algo y ya se tiene otra estabilidad, otra persona, cuando te sientes querida e importante.

Pero la realidad es que yo he perdido a la persona que más quiero en mi vida, que me siento una mierda porque hay otra que le ha enamorado y yo no he podido hacer saltar esa chispa. Que me siento imbécil a veces por ir detrás de él aún con todo. Y no puedo evitarlo.

Y me duele saber que no haré ya muchas cosas con él, que no va a formar parte de mi vida, que no sé qué será de la mía, si tendré a alguien me merezca o no. Me duele ver como la gente que me quiere lo pasa mal por mí y yo ser incapaz de salir de esto, y encima me duele cualquier cosa que le digan a él, y son muchas, y muy fuertes, las que tengo que oir.

Me duele estar tan mal que necesito hablar, sacar mis dudas y mis miedos, mis penas, y a veces no hacerlo porque sé que voy a recibir críticas contra él, que la persona a la que se lo cuento se va a enfadar por verme mal y no poder hacer nada.

Tengo que dejarlo porque él está bien con la otra chica, porque ya no tengo nada que hacer con él, porque no puedo estar esperándole eternamente. Porque si no me quiere, pues me voy.
Pero llevarlo a la práctica es muy difícil, y se me hace imposible, y no quiero sacarlo de mi vida.

Para compensar este sábado me voy de crucero con una amiga del trabajo. Tengo muchas ganas, me apetece un montón, y quiero desconectar y divertirme. No es muy largo, son solo 6 días, pero
al menos saldré que hace siete meses, desde que lo dejé con él, que no he hecho ni excursiones ni escapadas ni nada.

Espero poder olvidarme de todo, aunque no creo que pueda olvidar cuatro años y tanto amor en unos días por alta mar.

miércoles, 2 de junio de 2010

No puedo apartar la oscuridad de mi camino

El dolor es una casa donde las sillas han olvidado cómo sostenernos.
los espejos cómo reflejarnos,
las paredes cómo contenernos.
El dolor es una casa que desaparece cada vez que alguien llama a la puerta o al timbre
una casa que vuela por los aires con la mínima brisa
que se entierra hondo en la tierra mientras todos duermen.
El dolor es una casa donde nadie puede potegerte
donde la hermana menor se hará mayor que la mayor
donde las puertas ya no te dejan entrar ni salir.


Tanto el título como esto, lo he sacado del último libro que he leído y me ha encantado. Trata de una chica que pierde a su hermana mayor, y habla del sentimiento de pérdida, del dolor, y la verdad que me he sentido muy identificada. También habla de encontrar el amor, pero con eso todavía no puedo decir que me haya sentido identificada, si acaso, recordando lo que tenía con mi niño.

No concibo la vida sin él, me da miedo un futuro en el que no esté. Tenía tantos planes, me sentía tan protegida a su lado que ahora me siento abandonada, insegura, vulnerable y totalmente sensible a todo.
Sé que no ha muerto, pero me duele saber que quizá, lo más seguro, no vuelva a ver su maleta en mi salón, que no volveré a tener su olor en mis sábanas, que ya no brindaremos con esas copas que están en el armario. El sofá no volverá a tenernos a los dos encima, abrazados, besándonos o haciendo el amor. Que este teclado no volverá a sentir sus dedos por encima, ni oiré las risas cuando vemos los videos que me quiere enseñar.

Un día de estos que estuvo en casa, cuando terminamos de hacer el amor, aún no se había separado de mí y se fijó en el libro, leyó el título: El cielo está en cualquier lugar, y añadió, y yo acabo de estar allí.

lunes, 31 de mayo de 2010

De vuelta

Cerré temporalmente el blog porque hubo comentarios en el último post que me molestaron mucho. Me dolieron incluso.
Algunas, y alguno, sois asiduas y me seguís hace tiempo, y respeto vuestras opiniones, al fin y al cabo yo cuento una historia que no todo el mundo ve como yo la veo. Porque yo además la vivo y la siento.
Pero hubo comentarios anónimos, que no sé quienes son, ni si han seguido la historia o simplemente han leído cuatro cosas y se creen en el derecho de opinar e insultar. A mí me parece normal que no me entendáis ni a mí ni a él, que os parezca una mala persona y todo lo que queráis, pero como siempre he dicho, en una pareja la culpa siempre es de los dos, hagan lo que hagan. Uno más y otro menos, a partes iguales o como sea, pero si uno hace y el otro deja, cada uno tiene una parte de culpa.
Así que respeto las opiniones, pero no los insultos, porque a mí me duelen, y eso no va a hacer que cambien mis sentimientos ni vea las cosas de otra manera.

Me gustaría contaros que en este tiempo he estado mejor, pero sigo igual de mal o peor. Hace casi 7 meses que lo dejamos oficialmente y sigo deprimida a más no poder.
Me gustaría haber puesto una foto de los dos alguna vez, para que vierais la buena pareja que hacíamos, pero a él no le gustan estas cosas y lo respeto. Ahora hace mucho que no me hago fotos, y mejor, pq la cara de felicidad que tenía en las miles de fotos que tengo junto a él ha desaparecido.
Me gustaría contar que he hecho cosas interesantes, pero lo único que hago es salir y me emborracho, así no pienso, y luego duermo más rato. Más rato que no pienso.
Un día me fui con unos amigos a caminar, pero era un sitio de los que solía ir con él, y lo pasé fatal, todo me recordaba a él, los buenos ratos que pasamos y lo diferente y divertido que era a su lado.

Estuvimos un tiempo sin vernos ni hablarnos, me pareció una eternidad, y un día nos encontramos en la playa. Fuimos juntos a pasear y volvimos a quedar por las tardes.
Estas tres últimas semanas mi amiga ha estado fuera, así que tenía la casa sola, y él ha venido a dormir algunos días entre semana. Lo hemos pasado muy bien, pero sabía que era una nube que se iba a deshacer.
También ha habido conversaciones en las que me dice que no sabe qué hacer, ni qué siente realmente, porque con ella discute mucho, por mí y por otras cosas. Sigue diciendo que no quiere perderme, que no le gusta verme tan mal. Que con ella se lo pasa bien, diferente pero bien, porque si no no sería tan tonto de estar con ella, pero que a veces piensa que conmigo era mejor.
Parece que lo único que tiene claro es que no siente esa química conmigo, sin embargo asegura que con nadie nunca ha tenido la compenetración que tiene conmigo, el hecho de que nos miremos a la cara y sepamos qué nos pasa. Pero con ella sí que tiene esa chispa, siente esas cosas que conmigo no siente, que necesita sentir para estar con alguien.
Son muchas cosas que no acabaría de contar aquí, muchas sensaciones, muchos sentimientos que ni nosotros mismos comprendemos a veces. Cómo explicarlo? Cómo lograr que nadie lo entienda?

Y al fin me confesó quién es la chica con la que está. Os acordáis de su compañera de trabajo, la asturiana? Pues ella.
Le pregunté si entonces me dejó por ella, ya que le iba tanto detrás. Me aseguró que no, que lo dejó conmigo por las razones que me dijo, que ni siquiera ella le gustaba,me lo había dicho mil veces. Pero pasaron unos dos meses, quedaron un día, y empezó la cosa.
Ella sabía bien la historia que teníamos, que él no estaba enamorado de mí, y que yo sí de él. Sabe que siempre me ha querido como alguien especial.
Ahora le monta pollos porque no quiere que me vea, incluso le ha dicho que elija, o ella o yo, y que ahora soy yo la que quiero quitárselo, que por eso no le dejo.
Lo que no he conseguido en cuatro años no lo voy a conseguir ahora, está claro. Debería saber que si está con ella es porque siente algo. Y entiendo sus celos, pero no que se ponga a malmeter contra mí.

Hoy se han ido de viaje, estarán toda la semana fuera, hasta el próximo martes ya no volveré a hablar con él. Y eso me hace estar más triste todavía.
Quedaremos cuando vuelva, para pasar un día que tiene libre de vacaciones los dos juntos. Y ahí será cuando seguramente hablaremos de dejarlo ya.
Le he visto estar fatal por las broncas que tiene, quiere estar conmigo, pero se juega su relación. Nadie le obliga a venir, está claro, lo hace porque quiere. Y yo no quiero verle mal, quiero que esté bien, que pruebe si esa relación con chispa le va bien.

En julio los dos harán horario intensivo de verano, así que después de tantos veranos geniales con él, éste será deprimente, como lo es cada día sin estar con él.
No me ilusionan mis vacaciones, no me ilusiona nada. A veces solo tengo ganas de quedarme sola para llorar, no quiero hacer nada más. Y salgo, y voy con gente que me anima, pero a veces es superior a mí.
Después de verano quiere independizarse por fin, solo que quizá se vaya con ella, por compartir gastos, y por probar qué tal les va. Ya veremos, porque no veo esto muy consolidado, pero quién sabe, así es el amor.

sábado, 8 de mayo de 2010

Sábado noche

Y aquí estoy, en casa escribiendo un post. No me importa mucho, tampoco hoy tenía ganas de salir porque estoy reventada.

Ayer fui a cenar y a tomar algo con mis gallegos, solo dos de ellos ayer, y como siempre acabamos bastante pedos, pero me divertí.
Hoy he ido a comer a casa de ellos, otro compañero del trabajo venía también a hacer una fideuá, y allí he estado hasta casi las ocho de la tarde, así que cuando he llegado a casa solo me apetecía tirarme en el sofá y dormir.

Últimamente mis findes son así, salgo con esta gente, bebo bastante, hay días que me emborracho y otros que no, me lo paso bien, pero ya no hago las cosas que me gustaban.

Yo llevaba una vida sana y ahora parece que me esté haciendo alcohólica. Echo de menos ir a hacer excursiones, caminar por la montaña y disfrutar del sol, de la naturaleza, del silencio o los sonidos de los pájaros, del río, del viento entre los árboles...

Echo de menos pasear por el bosque con él y hacer picnic en la playa, o irnos a algún sitio a comer paella y pasar la tarde por allí. Echo de menos ir de compras, a pasar el día a Barcelona y pateárnosla entera.

Con esta gente me lo paso muy bien, pero no les gusta eso de ir a caminar, son más bien de ir a terrazas a beber cañas, o tumbarte en la playa vuelta y vuelta. A mí también me gusta eso, pero supongo que estaba tan acostumbrada a hacer las cosas de otra manera, a pasarlo tan bien con él, que ahora tendré que acostumbrarme a hacer otras.

Volvimos a vernos, un día nos encontramos en la playa y estuvimos hablando y paseando por allí. Le había echado tanto de menos esos días sin vernos ni saber nada de él, se me hicieron eternos y estaba tan mal, que después de esa tarde decidí que ya nos iríamos viendo, porque lo pasé bien estando con él.

Ya sé que esto es el cuento de nunca acabar, que siempre vuelvo a caer, que digo que no lo veré más y siempre caigo. O siempre caemos. Estas últimas veces que hemos quedado ha ido todo bien. Intento que no sea mi prioridad, desde luego, pero si puedo ir con él a pasar la tarde, e incluso algún día a cenar, pues aprovecho y voy.

Ayer fue su cumpleaños. Tenía mucha ilusión por celebrarlo con él este año, ya que cumple 30 y no sé, creía que tenía que ser una celebración especial. Había pensado ya desde el año pasado lo que haría para celebrarlo. No ha podido ser, pero al menos el jueves fuimos a cenar y volvimos a caer. Menos mal que tengo un trastero para estos momentos íntimos :P
Cuando acabamos me dijo, esto si que es celebrar el cumpleaños por todo lo alto.

Ya sé que estará con ella todo el finde, que le dirá cosas mejores, cosas que a mí nunca me ha dicho, pero qué le voy a hacer. Yo sigo amándole con toda mi alma y cualquier cosa que me dé, me gusta. Si es su amistad, pues no la voy a despreciar, la amistad es lo más grande y lo más duradero. Más que el amor.

miércoles, 21 de abril de 2010

Infinito




Me calaste hondo y ahora me dueles
si todo lo que nace perece del mismo modo
un momento se va y no vuelve a pasar.

Y decian que bonito era vernos pasear
queriendonos infinito
pensaban siempre sera igual
¿como lo permitimos?
¿que es lo que hicimos tan mal?
fue este orgullo desgraciado
que no supimos tragar.

Y engañame un poco al menos
di que me quieres aun mas
que durante todo este tiempo
lo has pasado fatal
que ninguno de esos idiotas
te supieron hacer reir
y que el unico que te importa
es este pobre infeliz

Me calaste hondo y ahora me dueles
si todo lo que nace perece del mismo modo
un momento se va y no vuelve a pasar

Y el dia que yo me muera
y morire mucho antes que tu
solo quiero que una pena
se llore frente a mi ataud
que esta herida en mi alma
no llego a cicatrizar
y estara desesperada
hasta que te vea llegar

Me calaste hondo y ahora me dueles
si todo lo que nace perece del mismo modo
un momento se va y no vuelve a pasar
un momento se va y no vuelve a pasar
un momento se va.

martes, 20 de abril de 2010

La decisión más difícil de mi vida

Ha pasado un mes desde mi último post, y muchas cosas. Ojalá pudiera decir que estoy mejor, que las cosas han cambiado a mi favor, pero no.

Para resumir diré que he tenido que tomar la decisión más difícil de toda mi vida, y ha sido dejar de verle, perder el contacto con él definitivamente.

Empezamos a quedar porque alargaba el día para ir a la playa, y aunque hubo días que lo pasamos muy bien, otros me rayaba mucho, o veía alguna cosa que me hacía daño. Lo he intentado por todos los medios, con todas mis fuerzas. He querido estar bien y no perderle al menos como amigo. He querido aprovechar cualquier momento a su lado aunque fuera mínimo. Pero no he tenido fuerzas.
Esta vez no he podido soportar saber que siente por otra chica algo que no siente por mí, saber que comparte muchos más momentos con ella que conmigo.

Hace un par de semanas le dije que mejor dejábamos de vernos, intentó convencerme de que no, que no quería perderme, que él podía y quería ayudarme a estar bien. Que me echa de menos y que si quedaba conmigo era porque le apetecía estar conmigo, no porque le faltara nada, simplemente porque está a gusto conmigo.
Le dije que no, que lo sentía mucho, pero que me dolía estar a su lado.
Aún así seguimos hablando por teléfono, y a los cuatro días no pude resistir y le puse un sms para ir a la playa. Se puso contentísimo, y lo pasamos muy bien.

Llevaba una buena semana, estaba animada y creía que podría salir bien por fin. No era verdad.
Al día siguiente no quedamos porque iba a salir tarde, y cuando le llamé por la noche me enteré de que estaba con ella. Lo mismo que la semana anterior, cuando quedamos y ví que venía con la maleta en el coche de pasar la noche fuera.
Parece que se va a su casa cada miércoles. Todo esto son suposiciones mías, él no ha querido decirme nada, yo lo he visto y sé que ha estado fuera. Dos semanas seguidas. Quizá no puedan esperar a verse el finde y quedan a mitad de semana ya. Quizá ha sido casualidad.
Me estoy volviendo loca con todo esto. Intento no pensar, pero es superior a mí. No me doy cuenta y ya lo tengo en la cabeza.
Siempre hay un recuerdo, un deseo, una sospecha o una pregunta sobre qué hará, dónde estará, se acordará de mí?.

Ese último día lo pasé fatal y fue cuando decidí que no podía seguir así. Quedamos al día siguiente y ya le dije que esta vez si que tenía que ser definitivo, que ni nos veíamos ni nos llamábamos. Que por favor me ayudara, que no me llamara ni nada.
El también estaba triste, no quería perder el contacto conmigo, porque como siempre me ha dicho soy una de las personas más importantes de su vida, le aporto muchas cosas buenas, mucha tranquilidad, y quiere que estemos los dos bien. Dice que hasta que yo no esté bien él no estará del todo bien. Dijo que me echaría mucho de menos, que también le iba a costar mucho no coger el teléfono y llamarme, o ponerme un mail, y que por favor cuente con él para lo que sea.
Se fue muy serio, hecho polvo, diciendo que no quería que pareciese una despedida definitiva porque confiaba en que podríamos volver a vernos y estar los dos bien.

Hoy hace cinco días que ni hablamos ni nos vemos. No son muchos, pero a mí me parecen una eternidad.
Me siento tan vacía, tan desilusionada, tan mal. Es como si no pudiera salir de este agujero que cada vez veo más negro. Un agujero negro por el que me gustaría tirarme y desaparecer.
Han pasado cuatro meses y medio desde que cortamos oficialmente, y yo sigo mal, sigo llorando cada día, o casi. Sigo sintiéndome sola aunque no lo esté, sigo sin poder dormir de un tirón y sin soñar cosas raras. Sigo deseando que vuelva a mí, sin perder esa esperanza inútil que me dice que se dará cuenta de que me quiere y volverá. Mentira, no cambiará lo que no ha cambiado hasta ahora.

Me aterra ir a los mismos sitios que iba con él, por si le veo, por si los veo juntos. Porque no está conmigo ya. Este año no me ilusiona el verano, ni el buen tiempo, ni las vacaciones, ni que llegue un puente o un simple fin de semana. Lo que me ilusionaba no eran todas esas cosas, era él, y todo lo que hacíamos juntos.

También tengo mis momentos buenos, momentos de reirme mucho con gente con la que he empezado a salir, mis gallegos, que me cuidan y me hacen salir. Y también me emborrachan y cojo unos pedales que luego ni me acuerdo lo que he hecho, jajaja. Lo paso muy bien con ellos, pero no es lo mismo que con mi niño.
Me duele tanto su ausencia.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Nada es lo mismo

Siempre le echo de menos, pero en días como hoy muchísimo más.

Ha sido un día de esos que todo te sale mal o al revés, que estaba harta por nada en particular y todo en general.

Antes sabía que podía quedar con él o al menos como tarde el viernes le veía y podía abrazarle, y ahí entre sus brazos se me pasaba todo, me olvidaba de todo.

Por eso hoy echo de menos sus abrazos, igual que muchas otras cosas.

Sí que me animo a ratos y estoy bien, tampoco diré que me paso el día llorando, aunque hay días que han sido así y de vez en cuando alguno lo sigue siendo. Estoy bastante depre a pesar de que tenga momentos de risas, de borracheras y de diversión.

Si pienso en las vacaciones me entristezco porque sé que no las haré con él. Todos los sitios que veo románticos me hacen pensar que no los disfrutaremos juntos, y peor, que quizá los disfrute con ella.

Llega Semana Santa y no tengo ningún plan como el año pasado junto a él.

Se me acaba el gel de la piscina y pienso que tendré que coger el que tengo a medias en el neceser de todos los viajes y escapadas que hacíamos. Ya no lo necesitaré.

Hace sol, llega el buen tiempo, y no me animo, casi al contrario, porque se acabaron las excursiones con él, ahora si acaso las hará con ella.

Voy a comprar, veo los aguacates, y ya no los compro para hacer el guacamole que le encantaba, ya no tengo que preparar cenas para los dos.

Voy al chino y ya no es lo mismo sin él, ni el cine, ni Barcelona, ni Zaragoza, ni mi sofá, ni mi cama. Nada es lo mismo sin él.

Este finde necesito salir de aquí, me iré a Zaragoza y estaré tres días que he cogido de vacaciones para desconectar un poco. Estoy agobiada de todo esto. Pero seguro que no dejo de entristecerme por su ausencia.