domingo, 22 de agosto de 2010

Respuesta a los anteriores comentarios

Que piense todas esas cosas no significa que no siga con mi vida.

Que a veces no tenga planes no significa que no me apetezca salir y divertirme.

Que le eche de menos y le añore con toda mi alma no significa que no vea nada más.

Y sobre todo que desee que vuelva conmigo no significa que esté esperándole como una idiota.

Ya sé lo que hay, ya sé cómo es, ya sé el daño que me ha hecho, pero también sé las miles de cosas buenas que me dio y muchas veces no conté aquí. Porque el blog me sirve para desahogarme, para contar mis penas cuando no puedo más. Cuando necesito expresar cómo me siento. Si hubiese contando constantemente los ratos buenos, esto no sería apto para diabéticos.

El hecho de que todavía llore por él, por mi futuro incierto, por la poca autoestima que me queda y que tengo por los suelos, no quiere decir que no desee que algo bueno me pase, ni que me esté encerrada en mi casa, ni mucho menos que me vaya a meter a un convento de clausura.

No estoy ciega ni soy imbécil. No me creo hace mucho los cuentos de hadas porque no es la primera vez que me dejan, y ya sé que se sale como he salido otras veces.
Pero esta vez ha sido diferente porque ha sido una relación más larga, más profunda y con muchas historias buenas y malas que he pasado. Y me va a costar muchísimo más.

En otras ocasiones a estas alturas ya estaba curada y conociendo otra gente. Ahora simplemente no puedo, porque sé que éstas heridas tardarán más en cicatrizar.

sábado, 21 de agosto de 2010

Mi Mr.Big

Una de mis series favoritas es Sexo en Nueva York. Me encanta, porque refleja muy bien los sentimientos de amor, desamor, traición, celos, amistad... En fin, las relaciones entre mujeres y mujeres y hombres en general.

A esta serie me enganché tarde, pero he visto todas las temporadas cientos de veces.
A las que os guste sabréis que desde el principio Carrie tiene una relación con Mr.Big, que no acaba hasta el final.

Es una relación difícil, las cosas no van siempre bien, pero siempre siguen juntos de alguna forma, no pueden vivir el uno sin el otro. Cada uno va teniendo sus relaciones, pero siempre están ahí los dos. Se encuentran y desencuentran, se llaman cuando el otro tiene una relación y se ven.

El casi siempre la decepciona, por eso ella corta la relación al principio, pero luego no puede evitar buscarle otra vez. Sus amigas siempre le aconsejan que no esté con él, siempre se enfadan cuando le ve, porque saben que acabará haciéndole daño.Y así se pasan todas las temporadas, que sí, que no.
Hasta que al final él va a buscarla a París, y por fin, acaban juntos.

Hace mucho tiempo que me pregunto si él será mi Mr. Big. Supongo que todas tenemos uno, alguien sin el que no podemos vivir, aunque no nos quede más remedio que seguir adelante. Alguien con quien volveríamos con los ojos cerrados aún sabiendo que nos hará daño otra vez. Pero sabiendo también que los momentos a su lado son inolvidables. Alguien con quien queremos que todo salga bien, por quien apostamos que esta vez sí que saldrá bien.

Yo sé que él no vendrá a buscarme a París, ni siquiera vendrá a mi casa que está a veinte minutos de la suya en coche. Pero sé que siempre estará ahí de alguna manera.
Sé que si las cosas no van bien con ella él volverá conmigo aunque sea como antes, y yo aceptaré. Sé que si yo estoy con alguien y él me llama casi seguro que caeré. Podría apostarlo.

Sé que es la misma atracción que siente Carrie, que tan bien reflejada está en la serie y que nadie puede entender.
Pero son los mejores amigos, los mejores amantes, el único hombre que hace que su vida valga la pena, el que la hace sentir viva, y al que le perdona todo.

Las cosas no tienen que pasarme igual que en la serie, está claro, al fin y al cabo, por muy real que sea no deja de ser ficción, y yo estoy en la vida real.

Pero sigo deseando que algún día se dé cuenta de lo que significa perderme, y venga a buscarme donde quiera que esté.

jueves, 12 de agosto de 2010

Lo que echo de menos

Cuando me dicen que encontraré a otro, que hay alguien por ahí para mí y todas esas cosas, pienso, no es tan fácil.

No será fácil encontrar a alguien que me guste tanto, que coincida en tantas cosas conmigo. Hay cosas que vienen solas, o que puedes aceptar o no, que te acaban gustando, pero hay otras que son difíciles aunque no lo parezca.
Por ejemplo, para mí, es bastante importante que el tío no fume,que tenga un gran respeto por los animales y que no quiera tener hijos. Eso es complicado.

Otra cosa que me gustaba mucho de estar con mi niño es que para la familia era igual de desapegado que yo, no tenía la necesidad de estar constantemente en casa, o con sus padres, además no tiene hermanos ni nada, lo cual está muy bien a la hora de meterte en una relación, estás más tranquila. Y le gustaba que estuviésemos solos los dos, yo tampoco soy de salir en plan parejitas y todo eso. Alguna vez vale, pero no de continuo.

Además tuve la suerte de que es mi ideal físicamente. Alto, moreno, ojos oscuros, labios carnosos... Bueno, mejor no sigo que me pongo loca solo de acordarme.

Luego ya empiezo a pensar, y a recordar, y echo de menos muchas cosas. Echo de menos su manera de hablar, cómo me hacía reir con sus tonterías, las bromas que teníamos entre los dos.
Echo de menos que me cuente cosas, lo que lee en las noticias, los nuevos descubrimientos científicos, lo que ha visto en un documental sobre animales. Hablábamos de cualquier tema.

Me gustaba que se preocupara por mí, que coincidíamos en muchas cosas, nos gustaba hacer lo mismo y lo disfrutábamos a tope. Siempre me divertía con él.

Me gustaba que se preocupaba por su imagen, siempre iba arreglado, es incapaz de salir a la calle sin arreglarse el pelo, él sin su secador y su gomina no es nada :)

Me gustaban y me gustan tantas cosas de él, tantos pequeños detalles que no tendría tiempo de seguir escribiendo.

Lo que daría por hacer el amor con él, por volver a sentirle dentro de mí, tenerle tan cerca y poder acariciar su piel tan suave. Que dejara su olor en mis sábanas otra vez. Huele tan bien...

Lo que daría por hablar media hora con él. Sólo eso.

Lo que daría por volver a reirme con él.

martes, 10 de agosto de 2010

Depresión

Este sábado hará un mes que no nos vemos, que no hablamos.

Está siendo el peor mes de mi vida, sin tener en cuenta que llevo ya ocho más de pena.

Estoy muy depre, lloro casi todos los días por no decir todos, pues siempre hay algo que me hace acordarme de él.
Por las noches cuando duermo tengo sueños raros, pesadillas, y a veces me despierto con ataques de ansiedad y ya no puedo volver a conciliar el sueño. Me paso el día pensando en qué hará, cómo estará con ella, aunque intente evitarlo, cualquier cosa hace que me venga algo a la cabeza y me vuelvo loca.

Esta tarde he ido al sitio que nos bañábamos siempre. Aunque parezca mentira es el único sitio en el que consigo relajarme. Era nuestro paraíso, y parece que ahora se haya convertido en su infierno, pues es allí donde ella nos pilló.
En cualquier caso a mí me relaja ir allí, y aunque él no está físicamente es como si estuviera, porque hay tantos recuerdos, tantas horas juntos, tantas risas, tantos besos....

El caso que estaba allí relajada, y cuando me iba a ir he visto una pareja bañándose, abrazados y besándose, disfrutando del baño.
Como disfrutábamos nosotros.
Como disfrutarán ellos. Y me he empezado a agobiar imaginándolos en el agua, si él estaría tan dulce con ella y ella tan lapa con él.
Me he ido de allí y he tenido que sentarme un rato en el bosque porque me ha empezado otro pequeño ataque de ansiedad. No podía respirar, me encontraba muy nerviosa.
Cuando estaba mejor me he ido a por el coche. A la salida hay un stop, he parado, he mirado a la izquierda, nadie abosulutamente, miro a la derecha, nadie. Salgo y en ese momento me veo una bici delante de mi coche. Empotrada. No he tirado al hombre al suelo de puro milagro. Ha sido arrancar y frenar, pero le he dado un golpe. Más susto y más nervios.
He salido y le he preguntado si le había hecho algo, nada, menos mal. Solo se ha dañado la bici. Bueno, después de estar allí un rato todo arreglado.

Si hubiese sido una peli, el tío habría sido un joven guapo y cachas, nos habríamos cambiado los teléfonos y aventura a la vista. Pero era un señor mayor, rechonchete y moro. No tengo suerte ni para eso jajaja. Al menos no le he hecho nada, que ya es bastante.

Son los nervios, que me tienen descentrada y soy incapaz de concentrarme en nada. No es la primera vez que me pasan cosas, no tan graves, pero bueno. Al final no voy a poder ni coger el coche.

Tengo ganas de que llegue el finde para estar sola, últimamente es lo que más me apetece, no quiero ver a nadie, necesito tiempo para estar yo sola.

Y si no escribo más es por no aburrir con mis penas. Siempre es lo mismo. Ya sé que se pasará, pero no sé cuándo, ni a qué precio. Ojalá llegara el día en que ya estuviera bien.

lunes, 2 de agosto de 2010

Dicen...

Dicen que no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes.

Pero también dicen que la distancia es el olvido.

Por eso me pregunto: me valorará y se dará cuenta de lo que ha perdido? Cambiará lo que siente o lo que piensa?
O simplemente me olvidará. Y no me refiero a que no sepa quién soy, sé que nunca me olvidará de esa forma. Me refiero a que olvide todo lo bueno que tenía conmigo, a que olvide lo bien que lo pasábamos.

Me dijo que nunca olvidaría todo eso. Pero solo puedo pensar en lo que pasa por su cabeza mientras la mía no deja de dar vueltas. Mientras le echo tanto de menos...