martes, 24 de abril de 2012

Fotos

A petición de Carn pongo unas fotillos de mi nuevo piso.
Espero que os gusten, aunque ahora lo he pintado un poco y espero que esté mucho mejor cuando acabe de poner todas mis cosas.


El cuarto de estar y la entrada
La cocina

La otra parte de la cocina

El baño

La bañera hidromasaje :P

Las vistas desde la terraza. Aunque no lo parezca se ve algo el mar, y hay una tranquilidad que es lo mejor de estar allí.          






jueves, 12 de abril de 2012

Nubes, mudanzas y cenas que no te invitan

Es increíble cómo cambian las cosas. Aún no me hago a la idea de cómo este año parece que me está recompensando por todo lo que he pasado. Son tantas cosas que no sé por dónde empezar.

Lo más importante es que vuelvo a estar con mi niño muy bien. El está super cariñoso, volvemos a hacer planes, y yo estoy más relajada, en mi nube, pero bajando de vez en cuando porque me apetece, porque quiero estar a mi bola ahí abajo. No sé, puedo decir que estoy bien, que me lo tomo con calma, que disfruto de lo que va llegando que son bastantes cosas.

La Semana Santa ha sido genial, sin salir de aquí, sin viajes ni nada, pero todos los días con él, en su casa o en la mía, arreglando su piso o durmiendo en el mío, cenando en la terraza bajo las estrellas o paseando por el campo. Hemos estado genial.

El ha sido quien me ha animado a mirar un piso para cambiarme porque en el que estoy pago demasiado. El me ha ayudado, me ha animado, me ha acompañado... Y ya está, esta misma tarde he dado parte de la fianza para reservarlo, así que me quedan dos semanas de organizar, hacer limpieza y preparar la mudanza, casi nada!!
El cambio va a ser radical, porque me voy de vivir en el centro de la ciudad a una casa cerca de la playa, tendré que coger el bus para ir a trabajar, ya no podré ir andando y lo que me encanta es que cambio el ruido y agobio de la ciudad por la tranquilidad de una urbanización. Estoy encantada y con muchas ganas, esa sí que va a ser mi casa, elegida por mí y arreglada por mí. Me apetecía un cambio así, aunque pierda comodidades que hasta ahora tenía, pero con lo que me voy a ahorrar de alquiler podré hacer más salidas, y esa era la idea.

Lo único que hace que esté de bajón a veces es mi amiga C. Ha cambiado en muchas cosas, casi no hacemos nada juntas, a veces me da la sensación hasta de que hemos perdido la confianza en contarnos cosas y hay temas de los que ni hablamos. Parece que se eviten ciertas conversaciones por evitar discusiones. Me ha defraudado un poco porque hay cosas que no esperaba que hiciera, o reacciones que no esperaba que tuviera, pero bueno.

También me pasó algo que me dejó tocada, me supo mal y me dolió mucho. Hace un par de meses una chica del trabajo quería hacer una cena para celebrar que había salido ya de una mala relación con malos tratos. El caso es que un día vino y me preguntó que cómo estaba mi relación con K. Le dije que no nos hablábamos hace mucho ya y ya está. Me dijo si no me había planteado hablar con ella para pedirle perdón por lo que pasó y arreglar las cosas aunque fuera por C, que siempre le toca estar en medio. Le contesté que no, que no creo que yo sea la que tenga que pedir perdón, que a estas alturas después de más de un año no merece la pena y que yo con C tengo todo arreglado.
Entonces me dijo que era por la cena, porque quería invitarnos a las dos porque conmigo tampoco tenía nada malo, pero que a lo mejor si iba yo ella no quería ir y C tampoco. Le dije que C sí que iría, y que por mí no tuviera ningún problema porque yo podía estar allí tan normal e incluso hablar con ella si se daba el caso. Paso ya tanto de ella que me da igual.
La conversación duró como media hora o así, e incluso le estuve diciendo que me alegraba que se preocupara porque me daba la sensación que yo me había separado del grupillo de allí a raíz de todo esto y como que pasaban ya un poco de mí, a lo que me contestó que no, que ella no veía que me hubiese separado y que era una tontería.

Al día siguiente me preguntó si ya lo había consultado con la almohada, que si hablaría con K. Le dije que no, que no tenía ninguna gana y que no sé por qué tengo que ir yo a estas alturas a hablar con ella, que en su momento ya lo hice, y si no se arreglaron las cosas cuando yo daba los pasos no se iban a arreglar ahora. Tuvimos otra media hora o más de conversación. K me odia, está quemadísima conmigo por lo visto, y aún no entiendo bien por qué. Bueno sí, es la manera de mantenernos alejadas a C y a mí, y porque C lo acepta, claro. Si tan amiga mía era y tanto me quería como decía, pues podría haber entendido mi situación y ver todo lo que estaba pasando, que lo sabía de primera mano porque todo se lo contaba. En fin, que es estúpida.

El caso, que la cosa quedó así, yo ya ví que a esta chica no le hacía mucha gracia que no hablara con la otra. Hasta que un día me dijo C que quería decirme una cosa. Que la chica le había dicho que no me iba a invitar, porque prefería que fuera K a que fuera yo. Me quedé de piedra, porque aunque me lo veía venir, no creía que tuviera la poca vergüenza de hacerme eso después de todo el sermón y el rollo que me metió de que conmigo estaba bien y bla bla bla. Pero lo dijo, y me sentí tan avergonzada pensando en la cara que se me iba a quedar cuando me lo dijera que le dije a C que le dijera de mi parte que no hacía falta que viniese a meterme otro rollo, que ni ella tenía que pasar ese trago ni yo esa vergüenza. Error por mi parte, porque tenía que haber dejado que hablara y yo decirle lo que pensaba.
Resultado, yo creía que aún así daría la cara, pero parece que encima he hecho yo algo mal porque ahora ni me habla ni nada. No tenía yo ninguna gana de hablarle tampoco, pero en fin, ya me parece el colmo.

Cada día me alegro más de no tener nada que ver con esa gente que me juntaba porque están demostrando ser una panda de víbora que te mueres. A veces me da la sensación de estar en una guardería en vez de en un centro de trabajo.

No niego que estas cosas me duelan, sobre todo el tema de C, que la noto alejarse cada vez más, no sé si es que ya estamos a la defensiva, o examinándonos constantemente o qué. A pesar de todo esto, estoy muy bien, muy contenta y muy ilusionada, porque tengo los abrazos de mi niño y la fuerza para seguir adelante.