jueves, 14 de abril de 2011

Planes de finde

Y de más cosas, porque el domingo pasado aburrida como estaba de estar sola, me metí a un foro donde la gente busca compañeros de viaje. Así que puse mi idea, la de un viaje a Thailandia que ya había visto el año pasado y en el que haces trekking por la selva, bajas un río en canoa y montas en elefante, aparte de conocer Bangkok y Chiang Mai.

Ahí está la cosa, si alguien os animáis, pues ya sabéis jajaja.

Y este finde me voy a Zaragoza, a terminar de comprar lo que me falta para casa, a ver al menos una procesión de mi querida Semana Santa de allí, y a salir y casi no entrar en casa. Vamos, lo que hago siempre allí.

Buen finde para tod@s

domingo, 10 de abril de 2011

Maldita Ley de Murphy

Hay una ley de Murphy que dice Si algo puede salir mal, saldrá mal, o algo así. Pues es lo que me está pasando a mí.

Creo que no ha sido buena idea lo de redecorar mi vida ni mi casa, porque la casa cambia, pero no me están saliendo las cosas bien, y mi vida sigue igual de triste, de aburrida y sigo igual de sola o más que antes.

Mientras han estado mi hermana y mi madre bien, porque era algo diferente, y aunque a ratos mi madre me ponía nerviosa (nunca he podido estar con ella mucho tiempo seguido), con mi hermana estaba bien, y podía hablar con tranquilidad, contarle cosas, y no esperar a hablar por teléfono. Han sido tres día de desconexión. Se fueron el viernes por la mañana, todo pintado y todo desordenado y por arreglar. Me fui a la playa a aprovechar mi último día de vacaciones, y me encontré genial. Estaba contenta, ilusionada. Pero fue volver a casa, volver a la normalidad y está claro que el color de las paredes no cambia el color de mi vida ni de mi estado de ánimo.

Me pongo a colgar un cuadro y la pared se abre tanto que es imposible clavar una escarpia ni un cuelgafácil. La barra de las cortinas del balcón no puedo ponerla bien por el tambor de la persiana. La de la ventana creía haber encontrado la solución, pero cuando he ido a poner la barra se me ha caído uno de los enganches. Vuelta a empezar. Y así, cada cosa que hago me sale al revés.

Ayer también me fui a la playa. Otro bajón. Un tiempo estupendo, sol, las terrazas animadas, las tiendas de los pueblos de costa en plena efervescencia de nuevo. Pero no es lo mismo si tienes que ir todos los días sola, si no puedes sentarte en una terraza a disfrutar de una cerveza bien fría con sus patatas bravas o sus chipirones. Si no puedes disfrutar de comerte una paella con una sangría bien fresca. Si pasas por las tiendas y no tienes con quién comentar que ésta es nueva, o que este collar te iría bien con esa camiseta rosa o cómo te gusta todo ese ambientillo.

Pienso en mi niño que estará disfrutando de todo eso con ella como hacía conmigo, en que estoy deseando verle y no sé cuándo podré. Pienso en que C se ha ido con mi archienemiga y ahora no la tengo para nada. De tres veces que le digo para hacer alguna cosa , dos no puede o está ocupada o vete tú a saber. No me esperaba estas reacciones de ella. Antes porque no vivían juntas, y ahora porque viven juntas el caso es que casi no la veo.
Creía que la cosa cambiaría cuando no viviera ya conmigo, que tendríamos alguna tarde fija para hacer algo las dos. Pero parece que no. El martes pasado le dije que quería ir esta semana a Barcelona a mirar unas cosas. Se lo dije con tiempo, para que no tuviese ningún plan de última hora, pues me contestó que no sabía si podría. Es que espera a ver si la otra le da el visto bueno?

Mis amigos, que tanto presumen de esta palabra, me dieron la espalda hace tiempo, justo cuando más los necesitaba porque estaba peor. Solo he recibido reproches y malas contestaciones. Cuando voy allí estamos bien para pasar el rato, la noche del sábado o el rato que nos veamos, eso sí, siempre y cuando yo me adapte a lo que ellos quieran. No piensan en mí para nada. Un ejemplo: La semana pasado que estuve en Zaragoza fui al ballet. Iba sola porque nadie quiso o pudo acompañarme. Salía a las once y pico de la noche, así que les dije que me esperaran para cenar, ya que hay uno de ellos que siempre viene tarde y cenamos a esas horas. Le dije a C que si por casualidad cenaban pronto que me vinieran a buscar y me acompañaran aunque fuera a comer una hamburguesa. Cuando salí en el intermedio del ballet, llamé a C a ver como habían quedado, me dice que iban a cenar en un restaurante cerca de su casa, que no está muy cerca de donde estaba yo, porque así hay uno de ellos que puede ir a cenar porque estaba con lumbago. No iba a salir, pero parece que al final no estaba tan mal. Le digo vale, pero es que entre que voy y todo se me hacen casi las doce y yo me quedo sin cenar, podíais venir al chino, que está más cerca y van casi todos los sábados allí por el que llega tarde, y así a mí me da tiempo de comer algo.
Me enfadé, porque sabiendo que salía tarde pasaban de si podía o no podía cenar. Cuando salí tenía un mensaje que me decía que estaban en el chino. Yo salí que eran las once y media y cuando llegué ya casi habían terminado, así que comí lo que quedaba, o devoré, porque estaba muerta de hambre y ya está, todos contentos.
Lo comenté con mi hermana al día siguiente, me dijo que no habrían cambiado de idea por mí, que habría pasado algo y por eso habían ido al chino. Como a C le había echado un poco de bronca le pregunté si les había dicho de ir allí o qué, y me contestó que había llamado el que viene siempre tarde que le venía mejor aparcar por el centro, y que entonces quedaron allí. Y fueron todos.
Con este panorama intento estar bien cuando voy porque me apetece salir, pero desde luego he perdido toda la confianza en ellos, me han defraudado, porque como dice esa frase, quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite. Y ellos no han estado a la altura. Si he hecho cosas mal, si he metido la pata como hacemos todos, creo que merecía un poco más de comprensión, sobre todo cuando tienes que oír esas exaltaciones de la amistad que hacen casi continuamente. No me creo nada de ellos. No me creo nada de nadie.


Después de este finde lo único que pienso es en salir de aquí, en irme bien lejos, no sé dónde ni qué podría hacer, pero me gustaría cambiarlo todo, ya que está visto que unos colores, que han quedado geniales por cierto, no lo arreglan. Casi me arrepiento de haberme gastado todo el dineral que me he gastado en la maldita redecoración. Con ese dinero me podría haber hecho un viaje estupendo. Aunque ni los viajes ni las decoraciones cambian la realidad.

Y sí, tendría que estar contenta porque he podido hacerlo, porque aún tengo gente que me apoya aunque esté lejos y no pueda hacer nada con ellos, porque puedo irme a la playa, porque tengo una independencia total, trabajo, casa, coche, hasta mi gato que es lo más grande del mundo.
Pero me falta mi niño que es a quien quiero, con quien quisiera compartir todos estos cambios en casa, con quien quisiera seguir disfrutantdo los findes como antes, con quien quisiera seguir haciendo planes de vacaciones. Me faltan mis amigos, y C, que no están cuando los necesito. Me falta que el chico que me gusta me corresponda. Otra ley de Murphy o de quién sea, por qué los que me gustan no me hacen caso? No se supone que si hay una atracción hacia una persona esa persona siente algo parecido? En mi caso muy pocas veces me ha pasado, y total, para como han salido las cosas...

lunes, 4 de abril de 2011

Redecorando mi vida

Actualizo por petición popular, jajaja, aunque estoy muy cansada y con pocas ganas de escribir.

Estas últimas semanas han sido movidas, sobre todo porque C ya se ha marchado de casa y hemos estado preparando su mudanza. La de cosas que han salido para llenar cajas y maletas, la de viajes que hemos hecho en el coche, y eso que se llevaba solo su habitación y poco más.

Han sido días raros, duros, y tristes. Al fin y al cabo llevábamos 20 años viviendo juntas, compartiendo y superando millones de cosas, y ahora se va con la persona que me ha hecho más daño y más me ha decepcionado. Sé que no tengo que mezclarlo, que si ella es feliz, adelante, pero para mí es inevitable pensar que también le hará daño, que se está aprovechando de ella. En fin, no quiero gastar más tiempo hablando de ese personaje.

También tuve una movida con los de ONO, que vaya panda de impresentables. No la cuento pq es muy larga, pero he estado de los nervios y me parece a mí que aún no ha acabado, porque hoy no se ve bien la tele, así que...

Ahora estoy ilusionada con la redecoración de mi casa y de mi vida. Quizá cambiar lo que hay dentro de estas paredes ayude a cambiar lo que hay dentro de mí, aunque eso lo veo difícil. De momento mañana vienen mi hermana y mi madre para ayudarme a pintar y limpiar bien la casa. Ya he comprado alguna cosa nueva para llenar la habitación que se ha quedado vacía y haré algún cambio en el resto. Así que estaré ocupada unos días. Me apetece mucho verlo todo diferente, además ahora que empieza el buen tiempo, que los días son más largos y que mis ilusiones y desilusiones siguen igual, pues al menos veré algún cambio.

Por lo demás nada nuevo, que sigo viendo a mi niño de vez en cuando, que hace un par de findes pudimos irnos un par de día de excursión y lo pasamos genial, y que este finde pasado he estado en Zaragoza aprovechando cada minuto y pasándolo estupendamente.
Que aquél chico que me gustaba del trabajo parece que habla más conmigo, eso sí, siempre por el chat interno, pero no creo que haya cambiado nada puesto que nunca quedamos ni tiene intención. Lo bueno es que me alegra la mañana cuando se abre la ventana en la pantalla y me dice hola. Siempre hay algo bueno entre tanta decepción.

Espero no tardar tanto y tener fuerzas para actualizar, y ya os contaré qué tal van los cambios.