jueves, 24 de febrero de 2011

A la playa!!

Tengo ganas de finde y de recuperar mi garganta.

Lo de la garganta porque le tengo aprecio a mi voz más que nada, y el finde porque va a hacer sol y buen tiempo. Espero no amodorrarme y el sábado levantarme e irme a la playa, pasear por ahí, leer un rato, en fin, disfrutar del día.

No sé si el sábado vendrá mi amigo, pero ojalá lo haga, porque tengo muchas ganas de hablar con él, de contarle lo rara que me siento, todo lo que me pasa por la cabeza. Es el que mejor me entiende y me escucha. Además me apetece salir a cenar y tomar algo.

Y ya tengo pelis preparadas para ver, libros esperando que me los devore, pizzas, vino y palomitas.
Qué más quiero? (Podría contestar, pero no lo haré :P )

Feliz finde!!

jueves, 17 de febrero de 2011

Por fin el finde

Hoy he salido de trabajar muy cansada. Y con ganas de comprarme algo.

Así soy, qué le vamos a hacer. Tengo el vicio de gastar y comprarme cosas. Tengo la mala suerte que me gusta todo, o casi.

Me encanta la ropa, los libros, los maquillajes y cremas, las pulseras y demás. La ropa interior, la comida, los disfraces. Todo.

Así que hoy me he ido al centro comercial y me he comprado cosas. Lástima que la camiseta que vi el otro día y hoy me parecía una compra imprescindible no estaba en mi talla. Tendré que ir en Zaragoza, qué remedio :)

Sí, este finde me voy a Zaragoza. Tengo unas ganas locas de ver a mi sobrino, a mi hermana y a los demás. Tengo ganas de hacer cosas y no quedarme en casa, de salir, de comprar, de tomar el vermut, de comer ternasco...

Debe ser por eso que se me ha hecho la semana interminable.

domingo, 13 de febrero de 2011

Pensando cosas

Esta semana que ya termina ha sido más tranquila que la anterior. No ha pasado nada de especial, pero bueno.

Parece que últimamente esos días del mes me trastornan bastante, o será que cuando estás mal te sientes tan insegura, tan lejana a todo el mundo que no hay nada que te anime. Cuando más necesitas a la gente más lejos está.

El viernes me dijo mi niño que a lo mejor podría venir por la noche, pero claro, viene a la una de la mañana cuando ya es seguro que ella ni aparece por casa ni le llama más. Como a las once no me había dicho nada todavía, le puse un correo que igual es que ella había llegado ya, pero de todas formas que no vieniera que estaba cansada y tenía mucho sueño.
Me fui a la cama y me puse a leer. Llamó por teléfono, no había visto el correo, y me dijo que venía, pero le dije que ya estaba en la cama, así que estuvimos hablando y lo dejamos para el sábado si podíamos.

Le dije que me sabía mal, porque estaba desaprovechando la oportunidad, y además el finde que viene me voy a Zgz, así que seguro que no nos vemos. Dijo, vaya, pues vamos a estar un montón de días sin vernos. Me contaba que ella no sabe cuándo se va, que lo decide a última hora, si ha tenido una semana muy agobiante se va a casa de su primo y familia a desconectar.

Lo que no entiendo es como la tía quiere desconectar con su primo y no con su novio. Para mí la mejor desconexión era verle a él, hablar con él y pasar el rato a su lado. No necesitaba más. Hacíamos planes y pasábamos el finde juntos, no se me ocurría salir corriendo a ver a nadie de mi familia.
Se supone que solo llevan un año saliendo, llevan cuatro meses viviendo juntos y ella desconecta viendo a sus primos. No lo entiendo.

A veces pienso que para ella ha sido un juego. Desde el primer momento él le gustó y le fue detrás, pero él la rechazó, y acostumbrada como estaba a que todos le fuesen detrás se lo tomó como un reto. Tenía que hacer lo que fuera para tenerle, y ahora que le tiene pasa de él, excepto de que podamos hablar claro, porque no soporta la relación que tenía conmigo y que por mí le dijera que no quería nada.
Lo peor de todo es que pienso que él si que se ha enamorado y ahora está como un tonto detrás, y le aguanta todo.

No sé ni para qué pienso en esto si no merece la pena. Solo sé lo que hay, que él sigue queriendo verme cuando puede. Que seguimos estando igual de a gusto, y que sigue sin sentir nada más por mí, aunque cuando a veces le digo que me gustaría ir a este u otro sitio, se le iluminan los ojos y dice, estaría guay, sí, y a continuación se apaga esa luz y dice, pero no tengo pasta y no puedo.

Con C estoy regular. Si no digo nada de que hagamos algo o de que estoy sola, todo va bien. Así que voy a mi bola, aunque eso me haga estar bastante triste a veces.

Este finde, he estado bien, retomando mi afición a la cocina y la repostería y poco más. Al final el sábado no pudo venir mi niño, y yo me quedé con las ganas de hacer la celebración de San Valentín que tenía preparada, pero bueno, ya se sabe. Así que me hice palomitas y me puse una peli. Es otra opción.

Ahora lo que me ilusiona es hacer cambios en la casa cuando se vaya C, quiero pintarla, cambiar alguna cosa. Lo malo es que voy a estar super arruinada y tendré que hacerlo muy poco a poco.

Otra cosa que me apetece un montón es hacer un safari a Kenia. Es uno de mis viajes soñados de toda la vida, pero cuesta una pasta gansa y además tendría que ir sola, uniéndome al resto del grupo, aún así, me da cosa. Pero la verdad que no dejo de darle vueltas y mirar viajes.
Tengo muchas ganas de viajar a algún sitio diferente. El año pasado no salí mucho, y este me apetece hacer eso o irme otra vez al Caribe. No descarto la idea de irme sola si nadie se anima, ya veré.

domingo, 6 de febrero de 2011

Mala semana

Creo que en el anterior post me puse tan poética que no se entendió lo que quería decir. Realmente no lo conté.

He tenido una mala semana, se me ha juntado que me vino la regla, que algún virus maldito ha estado jugando conmigo teniéndome un día mal, al otro bien y al otro peor. El caso es que he estado de bajón total.

Para colmo, el martes, me entero que aquél chico que me gusta del trabajo, creo que alguna vez lo he contado, empieza su relación con una chica que le gustaba. Ya lo sabía, me lo había dicho, pero no sé, cuando supe que era real no pude evitar llorar. Quizá porque no me encontraba bien, o porque no podía yo gustarle, o porque veo que todo el mundo a mi alrededor se va emparejando y cada vez tengo más miedo a quedarme sola. Más de lo que me estoy quedando.

Esta vez no hablaba de mi niño, y eso que le sigo echando de menos, muchísimo. Y sí, nos seguimos viendo de vez en cuando. Sé que no debería hacerlo, sé que no va a cambiar nada, sé que es peor para mí. Lo sé todo.
Pero cuando llega a casa y puedo abrazarle es como si el resto de la semana no importara. Es como si no hubiese pasado el tiempo y todo estuviera genial. No es ver la luz al final del túnel, es sentir cómo la luz me rodea, cómo de repente todo brilla, cómo vuelvo a sentirme lejos de todo.

Sigo con el virus que no me deja en paz, ahora ha empezado a atacarme al estómago, y todo esto hace que esté con el ánimo por los suelos.

Además, el mes que viene definitivamente C se va ya de casa, con K, y se me hace muy duro y muy raro, porque después de 20 años viviendo juntas... creo que me costará acostumbrarme.

martes, 1 de febrero de 2011

Por una vez...

Por una vez me gustaría que las cosas me salieran bien,
me gustaría que el tío que me gusta sienta lo mismo que yo y no dijera desde el principio que no se podrá enamorar de mí.

Por una vez me gustaría conocer a alguien fuera de internet, de manera normal como lo hace la mayoría de la gente, saliendo de copas o con amigas.

Por una vez me gustaría tener las cosas claras y el valor para hacer lo que debo.

Por una vez quisiera que la maldita mujer de rojo no dejara mi autoestima por los suelos, que no me dejara tan sensible que tenga ganas de llorar todo el día.

Por una vez quisiera no tener ganas de llorar cuando otra persona empieza a salir con alguien. Quisiera que no me doliera.

Por una vez quisiera que algo de lo que deseo con toda mi alma se cumpliera.