miércoles, 24 de octubre de 2012

Cuando menos te lo esperas

A veces las cosas llegan cuando menos te las esperas.  Y es una gran verdad.  O quizá será que cuando ya no esperas nada y todo te da igual van pasando las cosas que nunca creías volver a ver.

Para Pilares nos fuimos a Zaragoza, mi hermano se iba de viaje y tenía la casa libre, así que como a mi niño le apetecía mucho ir, pues allá que nos plantamos.  Ya le dije que yo tenía que aprovechar para ver a mi familia, que me apetecía pasar a ver a mis sobrinos, porque no sé si lo dije pero ya tengo la segunda, mi niña guapa.  Así que le dejé bien claro que en algún momento yo me iría y él se tendría que quedar solo en casa o que hiciera lo que quisiera.  Como últimamente está tan agradable conmigo, siempre diciendo que yo siempre he estado ahí, que nunca le he fallado y él no me ha tratado como me merezco, ahora siempre está intentando hacer lo que sea para hacerme sentir bien.  Así que me dijo que si quería ya iría un día a comer a casa de mis padres.  
Ya no sabía ni qué contestar, porque después de tantas veces que se lo pedí, le insisté, le rogué y me decía que no no me lo acababa de creer.  Pero sí, llegó el domingo y fuimos a comer, y allí estábamos mi madre, mi hermana con los crios y el marido, él y yo. 

Todo fue genial, yo estaba supernerviosa al principio, y él también claro, pero todos se cayeron muy bien, todo fueron buenos comentarios una vez que nos fuimos por las dos partes.  No fue una presentación en plan este es mi novio, porque sigue insistiendo que de pareja nada de nada. Pero al menos ha pasado el momento malo de conocer a la gente y confío que en otras ocasiones ya no le dé vergüenza y podamos volver a hacerlo, porque así yo aprovecho a estar más rato con mi gente.

Y luego se pregunta por qué tiene ganas de verme, por qué conmigo se siente culpable si discutimos, por qué me echa de menos a veces.  La respuesta que yo le daría no le sirve porque dice que no es así, pues hijo... no sé qué quieres sentir...

Yo tranquila, a lo mío, que las cosas van llegando cuando tienen que llegar.