Ese es el día que llegamos a Krabi, por fin, después de infinitas horas de vuelo y esperas en aeropuertos. Y no es que viajase en el túnel del tiempo, es que allí cuentan los años de otra manera, y ya van por el 2.555.
Hasta eso ha sido diferente. Es la primera vez que viajaba a un país asiático y todo es tan distinto que solo por eso ya vale la pena el viaje, todo te sorprende, te asombra, aunque no todo me guste.
Como decía llegamos a Krabi, que es la zona de las playas. Aún teníamos que coger un taxi para llegar a Ao Nang, que era nuestro primer destino. Por fin en el bungalow, y como ya vería que era normal en casi todos los hoteles que fuimos, no había armario, no había sábana para taparse y no había agua caliente. Menos mal que allí era verano y hacía un calor aplastante, pero aún así, no me gusta ducharme con agua tan fría. En otros sí que tuvimos agua caliente, pero lo de las sábanas no sé por qué, no existía. Tenías una toalla grande, o unas mantas finas individuales, o una cubierta de seda de la de allí. Eso era lo de menos, ya estábamos allí, ya olía diferente, ya se oían pájaros diferentes, sonidos diferentes, ya estábamos en Tailandia oficialmente!!
Ya cené mis primeros pad thais, mmmmmm, qué delicia!! La cerveza Chang, bebida oficial de todo nuestro viaje, muy suave, buenísima, unos botellones de más de medio litro y caían como si fueran agua. Comidas por 6, 7 y 10 € las más caras. Entre los dos!!
Aunque los restaurantes, la mayoría de los que fuimos, por no decir todos, no eran el colmo de la elegancia, tenían su encanto, aunque fueran mesas de bambú, ventiladores de toda la vida colgados de la pared o de un tronco, hules de plástico, o nada, perros que pasaban sueltos por tu lado, o gatos, o algún otro bicho que prefiero olvidar, pero solo fue una vez. A pesar de que había sitios totalmente cutres, en ningún momento me dio ningún asco, porque era lo que había allí, la comida en la calle, los olores que te atraían a los carros de comida, o a los restaurantes y que siempre comí genial, fuese donde fuese estaba todo buenísimo.
Hicimos snorkel, vimos playas de arena blanca y aguas transparentes en las que podías ver los peces claramente, y se te acercaban a ver si caía algo de comer. Montamos en kayak para explorar islas, nadamos en aguas que estaban tan tibias y tan calientes algunas que quemaban al meterte. Tomamos el sol en la cubierta de los barcos y vimos atardecer mientras volviamos de ver monos en la playa.
Koh Phi Phi es uno de los paraisos de este mundo. Y las fotos, que pondré otro día, desde luego no le hacen justicia a lo bonito que es. Es para verlo y disfrutarlo.
Después de una semana por playas paradisiacas, de cocktails y cervezas en la playa, algún día de fiesta y muchísimo sol, cogimos el avión hacia Bangkok.
Y cambio radical dentro del mismo país. La ciudad más caótica y sucia que he visto nunca. Y grande.
El mercado de Chatuchak, Impresionante. No lo acabas. Te pierdes literalmente. Hay planos para saber donde te encuentras. Y lo que no haya alli, es que no debe exisitir. En serio, tienen de todo, desde comida, ropa y lo más normal de un mercadillo, hasta postales para todo tipo de eventos, ropa para perros, candados, y bolsas de plástico. Lo que se os ocurra. Toda la mañana allí, gente para exportar, y no acabamos de verlo, pero por supuesto nos perdimos y nos costó salir una eternidad. La gente que había dentro era mucha, pero la que había por los alrededores era muchísima más. No he visto tanto caos de gente, coches y tenderetes en mi vida. Después fuimos por la zona que parecía un poco más pija, la de los centros comerciales, y todo muy bien, tiendas de lujo, los árboles llenos de luces, restaurantes, una tienda dedicada solo y exclusivamente a osos de peluche y sus complementos, vamos pijerío total. Así que pensé, no está mal Bangkok.
Hasta el día siguiente, que al salir del Palacio Real, precioso y ostentoso donde los haya, empezamos a caminar hacia otro templo y pensé, vaya callejuelas que nos hemos metido, todo sucio, hasta una rata muerta en plena calle, y no iba a ser la primera ni la última que vería, además de cucarachas rojas voladores vivas y muertas por donde fueras. Al final me dí cuenta que no es que fuera una mala zona, es que casi toda la ciudad es así. Menos mal que estaban los tuk-tuk, que acordando un módico precio te llevaban de punta a punta. Toda una experiencia viajar en esa especie de moto con tres ruedas. Muy divertido, pero tragas mierda, toda la del mundo.
Después de dos días allí nos fuimos en autobús nocturno a Chiang Mai, una paliza, pero hay que aprovechar los días, porque aún así, nos hemos dejado millones de cosas por ver, hemos tenido que anular algún sitio, como las ruinas de Sukhothai porque no nos coincidian bien los horarios, y dejar de ir a otros sitios por falta de tiempo, y de ganas, porque estuve dos o tres días con el estómago hecho un asco y que no tenía ganas ni de levantarme de la cama, pero ahí estaba, aguantando. Y qué curioso, me puse mala justo el día que voy a un restaurante limpio y bien y me como una pizza. En fin.
Chiang Mai es la segunda ciudad más grande e importante de Tailandia. Pero desde luego con mucho más encanto que la capital. Allí viví experiencias únicas e inolvidables, como estar jugando con tigres cachorros y tocar a otros más grandes. Montar en elefante, intentando guiarlo sin que hiciera ni caso, y lavarlo en el río. Hacer rafting, un poco light, y bajar en balsa de bambú por otro río que cruzaba la selva. Ir a ver tribus que viven y trabajan sin ninguna tecnología, aunque alguna antena de televisión se veía en esas cabañas de madera, lo que chocaba un poco entre los caminos embarrados y las gallinas sueltas.
Soltar farolillos escribiendo deseos en la fiesta de Loy Kratong, el día de la luna llena, una fiesta espectacular. El primero que solté lo hice con la ayuda de unos monjes que se prestaban a ello. Los siguientes fueron con mi niño, y en uno de ellos escribió, "Para que este día sea eterno y estemos siempre en este sueño". Y pasear por uno de tantos templos, en el que, aunque no soy creyente, me arrodillé delante del monje que estaba dando la bendición, y luego, el novicio sería, porque los monjes no pueden tocar a las mujeres, me puso una pulsera para darme buena suerta, salud y prosperidad. Lo que me gusta de los budistas es que no se plantean si estás allí por turismo o por fe, simplemente aceptan que seas respetuosa, que te unas a sus ritos y ya está. No necesitan que demuestres nada.
Tengo mil experiencias y sensaciones para contar, pero no caben en un post ni en cien. Seguro que se me olvidan muchisimas cosas, porque 19 días dan para mucho. Pero lo que es cierto es que es un país para vivirlo, una experiencia que recomiendo a cualquiera, porque nunca será igual una que otra, eso está claro, pero seguro que es inolvidable.
lunes, 17 de diciembre de 2012
lunes, 12 de noviembre de 2012
Preparando el viaje
Aquí estoy, a tres días de marcharme y con un bajón que no me aclaro. He mirado tantas cosas, tantos datos, horarios, precios y destinos que ya no me aclaro con nada. Hay cosas que no me quedan claras porque en cada sitio pone una cosa. Estoy cansada, pero ya no solo de mirar sino de casi todo en general. Creo que necesito irme sin más, desconectar y disfrutar, o agobiarme, o ir a la aventura, lo que sea.
Creo que echo de menos a mi amiga, porque no hacemos nada juntas y por muy bien que estés con tu pareja o lo que sea, siempre necesitas a una amiga, sobre todo si realmente es alguien a quien quieres y alguien tan especial.
Ayer oí que ha habido un terremoto en Myanmar, que está al lado de Tailandia, y se notó hasta en Bangkok, y yo qué sé, me ha dado la tontería pensando si me pasará algo, si habrá otro terremoto, u otro tsunami. Será que estoy harta de lluvia y de frío, o que sé que tantos días con él discutiré seguro por cualquier cosa. Será que estoy cansada y agobiada, y aburrida. O que hoy no he comido chocolate y ya lo necesito.
Será que estos días casi no nos hemos visto y ya le echo de menos.
Necesito que mi amiga me acompañe, que venga a comprar ropa conmigo y me diga si le gusta o no, si me queda bien, estoy harta de ir sola siempre. Necesito que venga a hacer el equipaje conmigo para decidir qué me llevo y qué no. Son tonterías, pero me gusta estar con ella.
Me gustaría que me dejase la bici para practicar, porque he aprendido a montar para poder usarla en algún sitio de este viaje, y que no tuviese follón porque la psicópata de su novia se enfada. Que quisiera quedar conmigo para acompañarme mientras monto un rato y voy practicando, porque sí, porque quiere, sin pensar en si la otra va a dejar de hablarle hasta el día siguiente. Me gustaría que no se la hubiesen robado a mi niño para poder seguir montando.
Me gustaría que todo fuese bien.
Creo que echo de menos a mi amiga, porque no hacemos nada juntas y por muy bien que estés con tu pareja o lo que sea, siempre necesitas a una amiga, sobre todo si realmente es alguien a quien quieres y alguien tan especial.
Ayer oí que ha habido un terremoto en Myanmar, que está al lado de Tailandia, y se notó hasta en Bangkok, y yo qué sé, me ha dado la tontería pensando si me pasará algo, si habrá otro terremoto, u otro tsunami. Será que estoy harta de lluvia y de frío, o que sé que tantos días con él discutiré seguro por cualquier cosa. Será que estoy cansada y agobiada, y aburrida. O que hoy no he comido chocolate y ya lo necesito.
Será que estos días casi no nos hemos visto y ya le echo de menos.
Necesito que mi amiga me acompañe, que venga a comprar ropa conmigo y me diga si le gusta o no, si me queda bien, estoy harta de ir sola siempre. Necesito que venga a hacer el equipaje conmigo para decidir qué me llevo y qué no. Son tonterías, pero me gusta estar con ella.
Me gustaría que me dejase la bici para practicar, porque he aprendido a montar para poder usarla en algún sitio de este viaje, y que no tuviese follón porque la psicópata de su novia se enfada. Que quisiera quedar conmigo para acompañarme mientras monto un rato y voy practicando, porque sí, porque quiere, sin pensar en si la otra va a dejar de hablarle hasta el día siguiente. Me gustaría que no se la hubiesen robado a mi niño para poder seguir montando.
Me gustaría que todo fuese bien.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Cuando menos te lo esperas
A veces las cosas llegan cuando menos te las esperas. Y es una gran verdad. O quizá será que cuando ya no esperas nada y todo te da igual van pasando las cosas que nunca creías volver a ver.
Para Pilares nos fuimos a Zaragoza, mi hermano se iba de viaje y tenía la casa libre, así que como a mi niño le apetecía mucho ir, pues allá que nos plantamos. Ya le dije que yo tenía que aprovechar para ver a mi familia, que me apetecía pasar a ver a mis sobrinos, porque no sé si lo dije pero ya tengo la segunda, mi niña guapa. Así que le dejé bien claro que en algún momento yo me iría y él se tendría que quedar solo en casa o que hiciera lo que quisiera. Como últimamente está tan agradable conmigo, siempre diciendo que yo siempre he estado ahí, que nunca le he fallado y él no me ha tratado como me merezco, ahora siempre está intentando hacer lo que sea para hacerme sentir bien. Así que me dijo que si quería ya iría un día a comer a casa de mis padres.
Ya no sabía ni qué contestar, porque después de tantas veces que se lo pedí, le insisté, le rogué y me decía que no no me lo acababa de creer. Pero sí, llegó el domingo y fuimos a comer, y allí estábamos mi madre, mi hermana con los crios y el marido, él y yo.
Todo fue genial, yo estaba supernerviosa al principio, y él también claro, pero todos se cayeron muy bien, todo fueron buenos comentarios una vez que nos fuimos por las dos partes. No fue una presentación en plan este es mi novio, porque sigue insistiendo que de pareja nada de nada. Pero al menos ha pasado el momento malo de conocer a la gente y confío que en otras ocasiones ya no le dé vergüenza y podamos volver a hacerlo, porque así yo aprovecho a estar más rato con mi gente.
Y luego se pregunta por qué tiene ganas de verme, por qué conmigo se siente culpable si discutimos, por qué me echa de menos a veces. La respuesta que yo le daría no le sirve porque dice que no es así, pues hijo... no sé qué quieres sentir...
Yo tranquila, a lo mío, que las cosas van llegando cuando tienen que llegar.
Para Pilares nos fuimos a Zaragoza, mi hermano se iba de viaje y tenía la casa libre, así que como a mi niño le apetecía mucho ir, pues allá que nos plantamos. Ya le dije que yo tenía que aprovechar para ver a mi familia, que me apetecía pasar a ver a mis sobrinos, porque no sé si lo dije pero ya tengo la segunda, mi niña guapa. Así que le dejé bien claro que en algún momento yo me iría y él se tendría que quedar solo en casa o que hiciera lo que quisiera. Como últimamente está tan agradable conmigo, siempre diciendo que yo siempre he estado ahí, que nunca le he fallado y él no me ha tratado como me merezco, ahora siempre está intentando hacer lo que sea para hacerme sentir bien. Así que me dijo que si quería ya iría un día a comer a casa de mis padres.
Ya no sabía ni qué contestar, porque después de tantas veces que se lo pedí, le insisté, le rogué y me decía que no no me lo acababa de creer. Pero sí, llegó el domingo y fuimos a comer, y allí estábamos mi madre, mi hermana con los crios y el marido, él y yo.
Todo fue genial, yo estaba supernerviosa al principio, y él también claro, pero todos se cayeron muy bien, todo fueron buenos comentarios una vez que nos fuimos por las dos partes. No fue una presentación en plan este es mi novio, porque sigue insistiendo que de pareja nada de nada. Pero al menos ha pasado el momento malo de conocer a la gente y confío que en otras ocasiones ya no le dé vergüenza y podamos volver a hacerlo, porque así yo aprovecho a estar más rato con mi gente.
Y luego se pregunta por qué tiene ganas de verme, por qué conmigo se siente culpable si discutimos, por qué me echa de menos a veces. La respuesta que yo le daría no le sirve porque dice que no es así, pues hijo... no sé qué quieres sentir...
Yo tranquila, a lo mío, que las cosas van llegando cuando tienen que llegar.
martes, 25 de septiembre de 2012
Loca de la vida
Odio que se haga tan pronto de noche. Hace rato que está oscuro, pienso que tengo que ir a preparar la cena y la comida de mañana y creo que debe ser tardísimo ya. Miro el reloj y las 20.30, tampoco es para tanto.
Ayyy!! Qué ganas de verano otra vez. Y pronto lo tendré si no pasa nada, porque ya tengo los billetes a Tailandia comprados y nos vamos el día 15 de noviembre. 19 días por esos mundos de dios, qué ganas!
Y aquí ando, medio loca preparando el viaje, y loca entera cuando lo tengo más o menos atado y viene él con alguna idea brillante, y entonces tengo que volver a retocarlo todo. El mira por su cuenta y viene con novedades que yo ya tengo más que vistas, y como no me callo nada, al final me cabreo y le grito. A veces me paso, pero es que últimamente estoy muy pasota de todo.
Lo mismo me dice que está muy contento de estar conmigo, que brinda por nuestra felicidad y estos momentos tan perfectos, que dice que nunca se sabe cuando puede aparecer alguien. Ya casi ni me molesto. Claro que me fastidia, pero al final ya le digo, pues hala, a ver si te aguanta :P
No sé, ahora hay días que ni quedamos porque me apetece más estar sola que con él. Será que como nos vemos todos los días, o casi todos, y sé que voy a estar con él cuando quiera pues me lo tomo con tranquilidad. O será que estoy cansada ya de todo y prefiero hacer lo que me apetezca a mí.
De momento muy ilusionados con el viaje, aunque discutamos más que hablamos, pero vamos, bien.
Ayyy!! Qué ganas de verano otra vez. Y pronto lo tendré si no pasa nada, porque ya tengo los billetes a Tailandia comprados y nos vamos el día 15 de noviembre. 19 días por esos mundos de dios, qué ganas!
Y aquí ando, medio loca preparando el viaje, y loca entera cuando lo tengo más o menos atado y viene él con alguna idea brillante, y entonces tengo que volver a retocarlo todo. El mira por su cuenta y viene con novedades que yo ya tengo más que vistas, y como no me callo nada, al final me cabreo y le grito. A veces me paso, pero es que últimamente estoy muy pasota de todo.
Lo mismo me dice que está muy contento de estar conmigo, que brinda por nuestra felicidad y estos momentos tan perfectos, que dice que nunca se sabe cuando puede aparecer alguien. Ya casi ni me molesto. Claro que me fastidia, pero al final ya le digo, pues hala, a ver si te aguanta :P
No sé, ahora hay días que ni quedamos porque me apetece más estar sola que con él. Será que como nos vemos todos los días, o casi todos, y sé que voy a estar con él cuando quiera pues me lo tomo con tranquilidad. O será que estoy cansada ya de todo y prefiero hacer lo que me apetezca a mí.
De momento muy ilusionados con el viaje, aunque discutamos más que hablamos, pero vamos, bien.
jueves, 30 de agosto de 2012
Preparativos
Casi empieza a darme miedo este año, en el que todo me está viniendo de cara. Supongo que en algún momento se torcerá, pero hasta entonces sigo disfrutando. No es que sea pesimista, pero es que he pasado dos años tan malos que ya me espero cualquier cosa.
Mi sobrina está a punto de nacer,y tengo unas ganas de verla que ni os cuento.
Con mi niño todo va bien, y yo estoy genial así como estamos. Después de casi compartir casa con él, porque estamos todos los días juntos, yo en su casa o él en la mía, tengo claro que no me iría a vivir con él. Tiene más rarezas que nadie que haya conocido, igual que yo tengo las mías, por eso está muy bien tener cada uno su casa y cuando no tienes ganas de aguantar a nadie cada uno en su sitio. Aunque a veces le eche de menos, y él a mí, o me diga quédate hoy a dormir, y yo le diga, no que tengo que irme a casa.
Y para seguir con todo lo bueno, ahora estoy preparando el viaje de nuestras vacaciones. Hay que aprovechar este año que he pedido un anticipo en el trabajo, porque el año que viene me parece que no tendré ni dinero ni días. Así que, nos vamos a Tailandia!!
Estoy superemocionada, tengo unas ganas locas, y queremos ir por nuestra cuenta, nada de viajes preparados, porque así sale mucho mejor de precio. El inconveniente es que me estoy volviendo un poco loca mirando precios, transportes, alojamientos y demás. Pero forma parte del viaje y tambíén es interesante.
Hay alguna cosa que me sigue haciendo daño, pero ya lo contaré otro día. Este post es optimista a pesar de lo que pareciera al principio.
Mi sobrina está a punto de nacer,y tengo unas ganas de verla que ni os cuento.
Con mi niño todo va bien, y yo estoy genial así como estamos. Después de casi compartir casa con él, porque estamos todos los días juntos, yo en su casa o él en la mía, tengo claro que no me iría a vivir con él. Tiene más rarezas que nadie que haya conocido, igual que yo tengo las mías, por eso está muy bien tener cada uno su casa y cuando no tienes ganas de aguantar a nadie cada uno en su sitio. Aunque a veces le eche de menos, y él a mí, o me diga quédate hoy a dormir, y yo le diga, no que tengo que irme a casa.
Y para seguir con todo lo bueno, ahora estoy preparando el viaje de nuestras vacaciones. Hay que aprovechar este año que he pedido un anticipo en el trabajo, porque el año que viene me parece que no tendré ni dinero ni días. Así que, nos vamos a Tailandia!!
Estoy superemocionada, tengo unas ganas locas, y queremos ir por nuestra cuenta, nada de viajes preparados, porque así sale mucho mejor de precio. El inconveniente es que me estoy volviendo un poco loca mirando precios, transportes, alojamientos y demás. Pero forma parte del viaje y tambíén es interesante.
Hay alguna cosa que me sigue haciendo daño, pero ya lo contaré otro día. Este post es optimista a pesar de lo que pareciera al principio.
domingo, 12 de agosto de 2012
Domingos
Ahora que pasamos todos los días juntos, que duerme en mi casa unos días y yo en la suya otros.
Ahora que nos pasamos el día haciendo cosas, en la playa, comiendo en su casa, cenando en la mía o viceversa, que no paramos un momento.
Ahora empiezo a odiar los domingos. Porque es el día que se va a comer a casa de sus padres y ya no quedamos hasta el día siguiente. Por qué? Pues supongo que por descansar, aprovechar a hacer nuestras cosas o porque así lo hemos hecho durante los últimos meses.
Y reconozco que me va bien, porque así estoy tranquila y a mi bola, pero hoy se me cae la casa encima, y le echo mucho de menos y me dan ganas de coger el coche, ir a su casa y salir a dar una vuelta por la playa aunque sea.
Tengo muchas ganas de verle.
Ahora que nos pasamos el día haciendo cosas, en la playa, comiendo en su casa, cenando en la mía o viceversa, que no paramos un momento.
Ahora empiezo a odiar los domingos. Porque es el día que se va a comer a casa de sus padres y ya no quedamos hasta el día siguiente. Por qué? Pues supongo que por descansar, aprovechar a hacer nuestras cosas o porque así lo hemos hecho durante los últimos meses.
Y reconozco que me va bien, porque así estoy tranquila y a mi bola, pero hoy se me cae la casa encima, y le echo mucho de menos y me dan ganas de coger el coche, ir a su casa y salir a dar una vuelta por la playa aunque sea.
Tengo muchas ganas de verle.
miércoles, 8 de agosto de 2012
Cosas que no entiendo
No sé si admirarme de las vueltas que da la vida, o dejar de intentar entender lo que pasa con la gente. Cómo cambian las cosas.
Supongo que yo también cambio, pero no me doy cuenta, claro, y todo suma, pero es increíble como en el trabajo ha cambiado mi relación con la gente.
Siempre había tenido un grupo, no diré de amigas, pero sí de gente con la que íbamos haciendo cenas, o me llevaba bien y nos juntábamos de vez en cuando. Llegó la psicópata de mi querida amiga gallega y en unos meses todo cambió. En cuanto ella decidió que ya no me hablaba más, parece que todo su séquito haya seguido sus pasos, porque no sé qué clase de poder tiene sobre cierta gente que las engatusa de mala manera. Esa gente no es que haya dejado de hablarme, tampoco ha pasado nada entre nosotras, pero sí que pasan de mí tres pueblos. Ella siempre ha estado arropada por ellas y a mí me dejaron apartada. Supongo que yo tampoco me juntaba ya mucho, pero quería salir de la influencia de ella, me dí cuenta que no me aportaba nada bueno. Y gente con la que antes tenía confianza, nos conocemos hace veinte años, hablaba bastante y compartíamos alguna salida ahora se ha convertido en alguien más que saludar cuando te cruzas en el pasillo, y si estás en el ascensor qué tal te va y ya está.
Cierto que me separé un poco, pero me siento como si me hubiese arrebatado a mi grupo, porque ellas siguen quedando, yendo a cenar y teniendo su buen rollo y yo he perdido todo eso.
Por una parte pienso que mejor, que si esto es lo que me demuestran pues no merecen mucho la pena, pero por otra tengo una mezcla de rabia, desilusión y celos.
Y aquél compañero que me gustaba, al que yo le echaba los tejos con muchas indirectas y él me daba largas muy directamente, ahora me propone cosas.
No entiendo si es que como sabe que estoy con alguien eso le pone, o es que tengo pinta de querer ir echando polvos por la vida, o es que solo despierto esos sentimientos en la mayoría de tios, echar un polvo y adiós.
Desde que se enteró que estoy con mi niño no hace más que decirme que cuándo le invito al jacuzzi , que si un masaje y no sé qué. Yo le sigo la corriente porque en el fondo me divierte, le digo que si quiere usarlo que venga, pero que yo no haré nada con él. El díce que solo lo hará conmigo si soy infiel si no, nada. A mí me da la risa y le digo que no pienso ser infiel, no tengo necesidad ni ganas. Y así siguen los comentarios y las tonterías.
Me hace gracia, porque está claro que él no quería nada serio conmigo, quien dice serio dice salir alguna vez, y ahora quiere venir al jacuzzi y follar. Andaaa...
No entiendo a la gente, pero me da igual, con este me divierto, aunque como siempre dice lo mismo llega un momento que me cansaré de seguirle la conversación, pero bueno.
Supongo que yo también cambio, pero no me doy cuenta, claro, y todo suma, pero es increíble como en el trabajo ha cambiado mi relación con la gente.
Siempre había tenido un grupo, no diré de amigas, pero sí de gente con la que íbamos haciendo cenas, o me llevaba bien y nos juntábamos de vez en cuando. Llegó la psicópata de mi querida amiga gallega y en unos meses todo cambió. En cuanto ella decidió que ya no me hablaba más, parece que todo su séquito haya seguido sus pasos, porque no sé qué clase de poder tiene sobre cierta gente que las engatusa de mala manera. Esa gente no es que haya dejado de hablarme, tampoco ha pasado nada entre nosotras, pero sí que pasan de mí tres pueblos. Ella siempre ha estado arropada por ellas y a mí me dejaron apartada. Supongo que yo tampoco me juntaba ya mucho, pero quería salir de la influencia de ella, me dí cuenta que no me aportaba nada bueno. Y gente con la que antes tenía confianza, nos conocemos hace veinte años, hablaba bastante y compartíamos alguna salida ahora se ha convertido en alguien más que saludar cuando te cruzas en el pasillo, y si estás en el ascensor qué tal te va y ya está.
Cierto que me separé un poco, pero me siento como si me hubiese arrebatado a mi grupo, porque ellas siguen quedando, yendo a cenar y teniendo su buen rollo y yo he perdido todo eso.
Por una parte pienso que mejor, que si esto es lo que me demuestran pues no merecen mucho la pena, pero por otra tengo una mezcla de rabia, desilusión y celos.
Y aquél compañero que me gustaba, al que yo le echaba los tejos con muchas indirectas y él me daba largas muy directamente, ahora me propone cosas.
No entiendo si es que como sabe que estoy con alguien eso le pone, o es que tengo pinta de querer ir echando polvos por la vida, o es que solo despierto esos sentimientos en la mayoría de tios, echar un polvo y adiós.
Desde que se enteró que estoy con mi niño no hace más que decirme que cuándo le invito al jacuzzi , que si un masaje y no sé qué. Yo le sigo la corriente porque en el fondo me divierte, le digo que si quiere usarlo que venga, pero que yo no haré nada con él. El díce que solo lo hará conmigo si soy infiel si no, nada. A mí me da la risa y le digo que no pienso ser infiel, no tengo necesidad ni ganas. Y así siguen los comentarios y las tonterías.
Me hace gracia, porque está claro que él no quería nada serio conmigo, quien dice serio dice salir alguna vez, y ahora quiere venir al jacuzzi y follar. Andaaa...
No entiendo a la gente, pero me da igual, con este me divierto, aunque como siempre dice lo mismo llega un momento que me cansaré de seguirle la conversación, pero bueno.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)