Odio que se haga tan pronto de noche. Hace rato que está oscuro, pienso que tengo que ir a preparar la cena y la comida de mañana y creo que debe ser tardísimo ya. Miro el reloj y las 20.30, tampoco es para tanto.
Ayyy!! Qué ganas de verano otra vez. Y pronto lo tendré si no pasa nada, porque ya tengo los billetes a Tailandia comprados y nos vamos el día 15 de noviembre. 19 días por esos mundos de dios, qué ganas!
Y aquí ando, medio loca preparando el viaje, y loca entera cuando lo tengo más o menos atado y viene él con alguna idea brillante, y entonces tengo que volver a retocarlo todo. El mira por su cuenta y viene con novedades que yo ya tengo más que vistas, y como no me callo nada, al final me cabreo y le grito. A veces me paso, pero es que últimamente estoy muy pasota de todo.
Lo mismo me dice que está muy contento de estar conmigo, que brinda por nuestra felicidad y estos momentos tan perfectos, que dice que nunca se sabe cuando puede aparecer alguien. Ya casi ni me molesto. Claro que me fastidia, pero al final ya le digo, pues hala, a ver si te aguanta :P
No sé, ahora hay días que ni quedamos porque me apetece más estar sola que con él. Será que como nos vemos todos los días, o casi todos, y sé que voy a estar con él cuando quiera pues me lo tomo con tranquilidad. O será que estoy cansada ya de todo y prefiero hacer lo que me apetezca a mí.
De momento muy ilusionados con el viaje, aunque discutamos más que hablamos, pero vamos, bien.
martes, 25 de septiembre de 2012
jueves, 30 de agosto de 2012
Preparativos
Casi empieza a darme miedo este año, en el que todo me está viniendo de cara. Supongo que en algún momento se torcerá, pero hasta entonces sigo disfrutando. No es que sea pesimista, pero es que he pasado dos años tan malos que ya me espero cualquier cosa.
Mi sobrina está a punto de nacer,y tengo unas ganas de verla que ni os cuento.
Con mi niño todo va bien, y yo estoy genial así como estamos. Después de casi compartir casa con él, porque estamos todos los días juntos, yo en su casa o él en la mía, tengo claro que no me iría a vivir con él. Tiene más rarezas que nadie que haya conocido, igual que yo tengo las mías, por eso está muy bien tener cada uno su casa y cuando no tienes ganas de aguantar a nadie cada uno en su sitio. Aunque a veces le eche de menos, y él a mí, o me diga quédate hoy a dormir, y yo le diga, no que tengo que irme a casa.
Y para seguir con todo lo bueno, ahora estoy preparando el viaje de nuestras vacaciones. Hay que aprovechar este año que he pedido un anticipo en el trabajo, porque el año que viene me parece que no tendré ni dinero ni días. Así que, nos vamos a Tailandia!!
Estoy superemocionada, tengo unas ganas locas, y queremos ir por nuestra cuenta, nada de viajes preparados, porque así sale mucho mejor de precio. El inconveniente es que me estoy volviendo un poco loca mirando precios, transportes, alojamientos y demás. Pero forma parte del viaje y tambíén es interesante.
Hay alguna cosa que me sigue haciendo daño, pero ya lo contaré otro día. Este post es optimista a pesar de lo que pareciera al principio.
Mi sobrina está a punto de nacer,y tengo unas ganas de verla que ni os cuento.
Con mi niño todo va bien, y yo estoy genial así como estamos. Después de casi compartir casa con él, porque estamos todos los días juntos, yo en su casa o él en la mía, tengo claro que no me iría a vivir con él. Tiene más rarezas que nadie que haya conocido, igual que yo tengo las mías, por eso está muy bien tener cada uno su casa y cuando no tienes ganas de aguantar a nadie cada uno en su sitio. Aunque a veces le eche de menos, y él a mí, o me diga quédate hoy a dormir, y yo le diga, no que tengo que irme a casa.
Y para seguir con todo lo bueno, ahora estoy preparando el viaje de nuestras vacaciones. Hay que aprovechar este año que he pedido un anticipo en el trabajo, porque el año que viene me parece que no tendré ni dinero ni días. Así que, nos vamos a Tailandia!!
Estoy superemocionada, tengo unas ganas locas, y queremos ir por nuestra cuenta, nada de viajes preparados, porque así sale mucho mejor de precio. El inconveniente es que me estoy volviendo un poco loca mirando precios, transportes, alojamientos y demás. Pero forma parte del viaje y tambíén es interesante.
Hay alguna cosa que me sigue haciendo daño, pero ya lo contaré otro día. Este post es optimista a pesar de lo que pareciera al principio.
domingo, 12 de agosto de 2012
Domingos
Ahora que pasamos todos los días juntos, que duerme en mi casa unos días y yo en la suya otros.
Ahora que nos pasamos el día haciendo cosas, en la playa, comiendo en su casa, cenando en la mía o viceversa, que no paramos un momento.
Ahora empiezo a odiar los domingos. Porque es el día que se va a comer a casa de sus padres y ya no quedamos hasta el día siguiente. Por qué? Pues supongo que por descansar, aprovechar a hacer nuestras cosas o porque así lo hemos hecho durante los últimos meses.
Y reconozco que me va bien, porque así estoy tranquila y a mi bola, pero hoy se me cae la casa encima, y le echo mucho de menos y me dan ganas de coger el coche, ir a su casa y salir a dar una vuelta por la playa aunque sea.
Tengo muchas ganas de verle.
Ahora que nos pasamos el día haciendo cosas, en la playa, comiendo en su casa, cenando en la mía o viceversa, que no paramos un momento.
Ahora empiezo a odiar los domingos. Porque es el día que se va a comer a casa de sus padres y ya no quedamos hasta el día siguiente. Por qué? Pues supongo que por descansar, aprovechar a hacer nuestras cosas o porque así lo hemos hecho durante los últimos meses.
Y reconozco que me va bien, porque así estoy tranquila y a mi bola, pero hoy se me cae la casa encima, y le echo mucho de menos y me dan ganas de coger el coche, ir a su casa y salir a dar una vuelta por la playa aunque sea.
Tengo muchas ganas de verle.
miércoles, 8 de agosto de 2012
Cosas que no entiendo
No sé si admirarme de las vueltas que da la vida, o dejar de intentar entender lo que pasa con la gente. Cómo cambian las cosas.
Supongo que yo también cambio, pero no me doy cuenta, claro, y todo suma, pero es increíble como en el trabajo ha cambiado mi relación con la gente.
Siempre había tenido un grupo, no diré de amigas, pero sí de gente con la que íbamos haciendo cenas, o me llevaba bien y nos juntábamos de vez en cuando. Llegó la psicópata de mi querida amiga gallega y en unos meses todo cambió. En cuanto ella decidió que ya no me hablaba más, parece que todo su séquito haya seguido sus pasos, porque no sé qué clase de poder tiene sobre cierta gente que las engatusa de mala manera. Esa gente no es que haya dejado de hablarme, tampoco ha pasado nada entre nosotras, pero sí que pasan de mí tres pueblos. Ella siempre ha estado arropada por ellas y a mí me dejaron apartada. Supongo que yo tampoco me juntaba ya mucho, pero quería salir de la influencia de ella, me dí cuenta que no me aportaba nada bueno. Y gente con la que antes tenía confianza, nos conocemos hace veinte años, hablaba bastante y compartíamos alguna salida ahora se ha convertido en alguien más que saludar cuando te cruzas en el pasillo, y si estás en el ascensor qué tal te va y ya está.
Cierto que me separé un poco, pero me siento como si me hubiese arrebatado a mi grupo, porque ellas siguen quedando, yendo a cenar y teniendo su buen rollo y yo he perdido todo eso.
Por una parte pienso que mejor, que si esto es lo que me demuestran pues no merecen mucho la pena, pero por otra tengo una mezcla de rabia, desilusión y celos.
Y aquél compañero que me gustaba, al que yo le echaba los tejos con muchas indirectas y él me daba largas muy directamente, ahora me propone cosas.
No entiendo si es que como sabe que estoy con alguien eso le pone, o es que tengo pinta de querer ir echando polvos por la vida, o es que solo despierto esos sentimientos en la mayoría de tios, echar un polvo y adiós.
Desde que se enteró que estoy con mi niño no hace más que decirme que cuándo le invito al jacuzzi , que si un masaje y no sé qué. Yo le sigo la corriente porque en el fondo me divierte, le digo que si quiere usarlo que venga, pero que yo no haré nada con él. El díce que solo lo hará conmigo si soy infiel si no, nada. A mí me da la risa y le digo que no pienso ser infiel, no tengo necesidad ni ganas. Y así siguen los comentarios y las tonterías.
Me hace gracia, porque está claro que él no quería nada serio conmigo, quien dice serio dice salir alguna vez, y ahora quiere venir al jacuzzi y follar. Andaaa...
No entiendo a la gente, pero me da igual, con este me divierto, aunque como siempre dice lo mismo llega un momento que me cansaré de seguirle la conversación, pero bueno.
Supongo que yo también cambio, pero no me doy cuenta, claro, y todo suma, pero es increíble como en el trabajo ha cambiado mi relación con la gente.
Siempre había tenido un grupo, no diré de amigas, pero sí de gente con la que íbamos haciendo cenas, o me llevaba bien y nos juntábamos de vez en cuando. Llegó la psicópata de mi querida amiga gallega y en unos meses todo cambió. En cuanto ella decidió que ya no me hablaba más, parece que todo su séquito haya seguido sus pasos, porque no sé qué clase de poder tiene sobre cierta gente que las engatusa de mala manera. Esa gente no es que haya dejado de hablarme, tampoco ha pasado nada entre nosotras, pero sí que pasan de mí tres pueblos. Ella siempre ha estado arropada por ellas y a mí me dejaron apartada. Supongo que yo tampoco me juntaba ya mucho, pero quería salir de la influencia de ella, me dí cuenta que no me aportaba nada bueno. Y gente con la que antes tenía confianza, nos conocemos hace veinte años, hablaba bastante y compartíamos alguna salida ahora se ha convertido en alguien más que saludar cuando te cruzas en el pasillo, y si estás en el ascensor qué tal te va y ya está.
Cierto que me separé un poco, pero me siento como si me hubiese arrebatado a mi grupo, porque ellas siguen quedando, yendo a cenar y teniendo su buen rollo y yo he perdido todo eso.
Por una parte pienso que mejor, que si esto es lo que me demuestran pues no merecen mucho la pena, pero por otra tengo una mezcla de rabia, desilusión y celos.
Y aquél compañero que me gustaba, al que yo le echaba los tejos con muchas indirectas y él me daba largas muy directamente, ahora me propone cosas.
No entiendo si es que como sabe que estoy con alguien eso le pone, o es que tengo pinta de querer ir echando polvos por la vida, o es que solo despierto esos sentimientos en la mayoría de tios, echar un polvo y adiós.
Desde que se enteró que estoy con mi niño no hace más que decirme que cuándo le invito al jacuzzi , que si un masaje y no sé qué. Yo le sigo la corriente porque en el fondo me divierte, le digo que si quiere usarlo que venga, pero que yo no haré nada con él. El díce que solo lo hará conmigo si soy infiel si no, nada. A mí me da la risa y le digo que no pienso ser infiel, no tengo necesidad ni ganas. Y así siguen los comentarios y las tonterías.
Me hace gracia, porque está claro que él no quería nada serio conmigo, quien dice serio dice salir alguna vez, y ahora quiere venir al jacuzzi y follar. Andaaa...
No entiendo a la gente, pero me da igual, con este me divierto, aunque como siempre dice lo mismo llega un momento que me cansaré de seguirle la conversación, pero bueno.
lunes, 30 de julio de 2012
Dice que no
Dice que no está enamorado. Lo mismo de siempre. Dice que me quiere pero a su manera, que no como a mé me gustaría. Lo mismo de siempre.
Pero cuando me dice que no puede engañarme porque no soportaría hacerme daño, que me respeta demasiado.
O cuando me dice que no sabe qué le pasa conmigo porque aunque nos veamos todos los días hay veces que tiene muchas ganas de verme, me dan ganas de preguntarle, y eso no crees que es amor?
No crees que igual sientes por mí más de lo que piensas?
Pero dice que no. Y supongo que dice lo que siente, que está convencido, aunque yo siga viendo miles de cosas que me dicen otra cosa. Quizá yo quiero que me digan otra cosa.
Me dijo que tenemos que ir otra vez al Caribe, porque la otra vez no lo disfrutamos como deberíamos haberlo hecho. Ella le había dicho que me dejara y aunque desconectó y lo pasó muy bien, no lo disfrutó al máximo, porque sabía que a la vuelta todo se acababa. Dice que se dejó embaucar por ella, que ahora lo ve. Que siempre le decepcionaba.
Es su opinión, lo que ve cuando todo ha acabado. Y desde luego él tampoco fue un santo, y si se dejó embaucar sería porque quería.
Pero no se olvidaba de mí, cuando hacía cosas con ella que también había hecho conmigo dice que siempre se acordaba de mí, y que se lo pasaba mejor. Me echaba de menos muchas veces.
Dice que ella le decepcionaba muchas veces, y que yo nunca le decepciono. Dice que se sintió muy mal por mí, y siempre ha dicho que si yo no estoy bien, da igual como esté él porque no estará bien del todo.
Yo diría que lo que siente no es cualquier cosa, pero ya no me atrevo a decir que sea amor, porque está seguro de que no siente eso por mí. Porque cuando le da el siroco dice que nos estamos viendo mucho, que no sabe por qué tenemos que quedar todos los días, o por qué hablamos por teléfono tantas veces si nos vamos a ver por la tarde.Pero es él quien me llama.
O dice que le da pereza salir de su casa para venir a buscarme, que no pasa nada si no nos vemos.
Yo me quedo con lo bueno, con que todos tenemos nuestras rarezas. Con que discutimos mucho porque ya no me callo ni media, pero también seguimos riendo y disfrutando como siempre. Con que seguimos planeando cosas, compartiendo momentos, ideas y preocupaciones.
Con que después de tanto tiempo me sigue volviendo loca mirar y acariciar su cuerpo, con que se le sigue erizando la piel cada vez que hacemos el amor.
Me quedo con sus miradas cuando me dice me encanta cuando haces esto o lo otro.
Con que un día quiero estar sola y alejarme de él y al momento ya le echo de menos. Con que sigo sintiendo tanto por él, y él sigue estando a mi lado y cuidándome a su manera.
Que diga lo que diga sé lo que hace por mí, y sé cómo me mira. Y no tengo que ponerle ningún nombre. Nada es infinito.
Pero cuando me dice que no puede engañarme porque no soportaría hacerme daño, que me respeta demasiado.
O cuando me dice que no sabe qué le pasa conmigo porque aunque nos veamos todos los días hay veces que tiene muchas ganas de verme, me dan ganas de preguntarle, y eso no crees que es amor?
No crees que igual sientes por mí más de lo que piensas?
Pero dice que no. Y supongo que dice lo que siente, que está convencido, aunque yo siga viendo miles de cosas que me dicen otra cosa. Quizá yo quiero que me digan otra cosa.
Me dijo que tenemos que ir otra vez al Caribe, porque la otra vez no lo disfrutamos como deberíamos haberlo hecho. Ella le había dicho que me dejara y aunque desconectó y lo pasó muy bien, no lo disfrutó al máximo, porque sabía que a la vuelta todo se acababa. Dice que se dejó embaucar por ella, que ahora lo ve. Que siempre le decepcionaba.
Es su opinión, lo que ve cuando todo ha acabado. Y desde luego él tampoco fue un santo, y si se dejó embaucar sería porque quería.
Pero no se olvidaba de mí, cuando hacía cosas con ella que también había hecho conmigo dice que siempre se acordaba de mí, y que se lo pasaba mejor. Me echaba de menos muchas veces.
Dice que ella le decepcionaba muchas veces, y que yo nunca le decepciono. Dice que se sintió muy mal por mí, y siempre ha dicho que si yo no estoy bien, da igual como esté él porque no estará bien del todo.
Yo diría que lo que siente no es cualquier cosa, pero ya no me atrevo a decir que sea amor, porque está seguro de que no siente eso por mí. Porque cuando le da el siroco dice que nos estamos viendo mucho, que no sabe por qué tenemos que quedar todos los días, o por qué hablamos por teléfono tantas veces si nos vamos a ver por la tarde.Pero es él quien me llama.
O dice que le da pereza salir de su casa para venir a buscarme, que no pasa nada si no nos vemos.
Yo me quedo con lo bueno, con que todos tenemos nuestras rarezas. Con que discutimos mucho porque ya no me callo ni media, pero también seguimos riendo y disfrutando como siempre. Con que seguimos planeando cosas, compartiendo momentos, ideas y preocupaciones.
Con que después de tanto tiempo me sigue volviendo loca mirar y acariciar su cuerpo, con que se le sigue erizando la piel cada vez que hacemos el amor.
Me quedo con sus miradas cuando me dice me encanta cuando haces esto o lo otro.
Con que un día quiero estar sola y alejarme de él y al momento ya le echo de menos. Con que sigo sintiendo tanto por él, y él sigue estando a mi lado y cuidándome a su manera.
Que diga lo que diga sé lo que hace por mí, y sé cómo me mira. Y no tengo que ponerle ningún nombre. Nada es infinito.
martes, 24 de abril de 2012
Fotos
A petición de Carn pongo unas fotillos de mi nuevo piso.
Espero que os gusten, aunque ahora lo he pintado un poco y espero que esté mucho mejor cuando acabe de poner todas mis cosas.
Espero que os gusten, aunque ahora lo he pintado un poco y espero que esté mucho mejor cuando acabe de poner todas mis cosas.
El cuarto de estar y la entrada |
La cocina |
La otra parte de la cocina |
El baño |
La bañera hidromasaje :P |
Las vistas desde la terraza. Aunque no lo parezca se ve algo el mar, y hay una tranquilidad que es lo mejor de estar allí. |
jueves, 12 de abril de 2012
Nubes, mudanzas y cenas que no te invitan
Es increíble cómo cambian las cosas. Aún no me hago a la idea de cómo este año parece que me está recompensando por todo lo que he pasado. Son tantas cosas que no sé por dónde empezar.
Lo más importante es que vuelvo a estar con mi niño muy bien. El está super cariñoso, volvemos a hacer planes, y yo estoy más relajada, en mi nube, pero bajando de vez en cuando porque me apetece, porque quiero estar a mi bola ahí abajo. No sé, puedo decir que estoy bien, que me lo tomo con calma, que disfruto de lo que va llegando que son bastantes cosas.
La Semana Santa ha sido genial, sin salir de aquí, sin viajes ni nada, pero todos los días con él, en su casa o en la mía, arreglando su piso o durmiendo en el mío, cenando en la terraza bajo las estrellas o paseando por el campo. Hemos estado genial.
El ha sido quien me ha animado a mirar un piso para cambiarme porque en el que estoy pago demasiado. El me ha ayudado, me ha animado, me ha acompañado... Y ya está, esta misma tarde he dado parte de la fianza para reservarlo, así que me quedan dos semanas de organizar, hacer limpieza y preparar la mudanza, casi nada!!
El cambio va a ser radical, porque me voy de vivir en el centro de la ciudad a una casa cerca de la playa, tendré que coger el bus para ir a trabajar, ya no podré ir andando y lo que me encanta es que cambio el ruido y agobio de la ciudad por la tranquilidad de una urbanización. Estoy encantada y con muchas ganas, esa sí que va a ser mi casa, elegida por mí y arreglada por mí. Me apetecía un cambio así, aunque pierda comodidades que hasta ahora tenía, pero con lo que me voy a ahorrar de alquiler podré hacer más salidas, y esa era la idea.
Lo único que hace que esté de bajón a veces es mi amiga C. Ha cambiado en muchas cosas, casi no hacemos nada juntas, a veces me da la sensación hasta de que hemos perdido la confianza en contarnos cosas y hay temas de los que ni hablamos. Parece que se eviten ciertas conversaciones por evitar discusiones. Me ha defraudado un poco porque hay cosas que no esperaba que hiciera, o reacciones que no esperaba que tuviera, pero bueno.
También me pasó algo que me dejó tocada, me supo mal y me dolió mucho. Hace un par de meses una chica del trabajo quería hacer una cena para celebrar que había salido ya de una mala relación con malos tratos. El caso es que un día vino y me preguntó que cómo estaba mi relación con K. Le dije que no nos hablábamos hace mucho ya y ya está. Me dijo si no me había planteado hablar con ella para pedirle perdón por lo que pasó y arreglar las cosas aunque fuera por C, que siempre le toca estar en medio. Le contesté que no, que no creo que yo sea la que tenga que pedir perdón, que a estas alturas después de más de un año no merece la pena y que yo con C tengo todo arreglado.
Entonces me dijo que era por la cena, porque quería invitarnos a las dos porque conmigo tampoco tenía nada malo, pero que a lo mejor si iba yo ella no quería ir y C tampoco. Le dije que C sí que iría, y que por mí no tuviera ningún problema porque yo podía estar allí tan normal e incluso hablar con ella si se daba el caso. Paso ya tanto de ella que me da igual.
La conversación duró como media hora o así, e incluso le estuve diciendo que me alegraba que se preocupara porque me daba la sensación que yo me había separado del grupillo de allí a raíz de todo esto y como que pasaban ya un poco de mí, a lo que me contestó que no, que ella no veía que me hubiese separado y que era una tontería.
Al día siguiente me preguntó si ya lo había consultado con la almohada, que si hablaría con K. Le dije que no, que no tenía ninguna gana y que no sé por qué tengo que ir yo a estas alturas a hablar con ella, que en su momento ya lo hice, y si no se arreglaron las cosas cuando yo daba los pasos no se iban a arreglar ahora. Tuvimos otra media hora o más de conversación. K me odia, está quemadísima conmigo por lo visto, y aún no entiendo bien por qué. Bueno sí, es la manera de mantenernos alejadas a C y a mí, y porque C lo acepta, claro. Si tan amiga mía era y tanto me quería como decía, pues podría haber entendido mi situación y ver todo lo que estaba pasando, que lo sabía de primera mano porque todo se lo contaba. En fin, que es estúpida.
El caso, que la cosa quedó así, yo ya ví que a esta chica no le hacía mucha gracia que no hablara con la otra. Hasta que un día me dijo C que quería decirme una cosa. Que la chica le había dicho que no me iba a invitar, porque prefería que fuera K a que fuera yo. Me quedé de piedra, porque aunque me lo veía venir, no creía que tuviera la poca vergüenza de hacerme eso después de todo el sermón y el rollo que me metió de que conmigo estaba bien y bla bla bla. Pero lo dijo, y me sentí tan avergonzada pensando en la cara que se me iba a quedar cuando me lo dijera que le dije a C que le dijera de mi parte que no hacía falta que viniese a meterme otro rollo, que ni ella tenía que pasar ese trago ni yo esa vergüenza. Error por mi parte, porque tenía que haber dejado que hablara y yo decirle lo que pensaba.
Resultado, yo creía que aún así daría la cara, pero parece que encima he hecho yo algo mal porque ahora ni me habla ni nada. No tenía yo ninguna gana de hablarle tampoco, pero en fin, ya me parece el colmo.
Cada día me alegro más de no tener nada que ver con esa gente que me juntaba porque están demostrando ser una panda de víbora que te mueres. A veces me da la sensación de estar en una guardería en vez de en un centro de trabajo.
No niego que estas cosas me duelan, sobre todo el tema de C, que la noto alejarse cada vez más, no sé si es que ya estamos a la defensiva, o examinándonos constantemente o qué. A pesar de todo esto, estoy muy bien, muy contenta y muy ilusionada, porque tengo los abrazos de mi niño y la fuerza para seguir adelante.
Lo más importante es que vuelvo a estar con mi niño muy bien. El está super cariñoso, volvemos a hacer planes, y yo estoy más relajada, en mi nube, pero bajando de vez en cuando porque me apetece, porque quiero estar a mi bola ahí abajo. No sé, puedo decir que estoy bien, que me lo tomo con calma, que disfruto de lo que va llegando que son bastantes cosas.
La Semana Santa ha sido genial, sin salir de aquí, sin viajes ni nada, pero todos los días con él, en su casa o en la mía, arreglando su piso o durmiendo en el mío, cenando en la terraza bajo las estrellas o paseando por el campo. Hemos estado genial.
El ha sido quien me ha animado a mirar un piso para cambiarme porque en el que estoy pago demasiado. El me ha ayudado, me ha animado, me ha acompañado... Y ya está, esta misma tarde he dado parte de la fianza para reservarlo, así que me quedan dos semanas de organizar, hacer limpieza y preparar la mudanza, casi nada!!
El cambio va a ser radical, porque me voy de vivir en el centro de la ciudad a una casa cerca de la playa, tendré que coger el bus para ir a trabajar, ya no podré ir andando y lo que me encanta es que cambio el ruido y agobio de la ciudad por la tranquilidad de una urbanización. Estoy encantada y con muchas ganas, esa sí que va a ser mi casa, elegida por mí y arreglada por mí. Me apetecía un cambio así, aunque pierda comodidades que hasta ahora tenía, pero con lo que me voy a ahorrar de alquiler podré hacer más salidas, y esa era la idea.
Lo único que hace que esté de bajón a veces es mi amiga C. Ha cambiado en muchas cosas, casi no hacemos nada juntas, a veces me da la sensación hasta de que hemos perdido la confianza en contarnos cosas y hay temas de los que ni hablamos. Parece que se eviten ciertas conversaciones por evitar discusiones. Me ha defraudado un poco porque hay cosas que no esperaba que hiciera, o reacciones que no esperaba que tuviera, pero bueno.
También me pasó algo que me dejó tocada, me supo mal y me dolió mucho. Hace un par de meses una chica del trabajo quería hacer una cena para celebrar que había salido ya de una mala relación con malos tratos. El caso es que un día vino y me preguntó que cómo estaba mi relación con K. Le dije que no nos hablábamos hace mucho ya y ya está. Me dijo si no me había planteado hablar con ella para pedirle perdón por lo que pasó y arreglar las cosas aunque fuera por C, que siempre le toca estar en medio. Le contesté que no, que no creo que yo sea la que tenga que pedir perdón, que a estas alturas después de más de un año no merece la pena y que yo con C tengo todo arreglado.
Entonces me dijo que era por la cena, porque quería invitarnos a las dos porque conmigo tampoco tenía nada malo, pero que a lo mejor si iba yo ella no quería ir y C tampoco. Le dije que C sí que iría, y que por mí no tuviera ningún problema porque yo podía estar allí tan normal e incluso hablar con ella si se daba el caso. Paso ya tanto de ella que me da igual.
La conversación duró como media hora o así, e incluso le estuve diciendo que me alegraba que se preocupara porque me daba la sensación que yo me había separado del grupillo de allí a raíz de todo esto y como que pasaban ya un poco de mí, a lo que me contestó que no, que ella no veía que me hubiese separado y que era una tontería.
Al día siguiente me preguntó si ya lo había consultado con la almohada, que si hablaría con K. Le dije que no, que no tenía ninguna gana y que no sé por qué tengo que ir yo a estas alturas a hablar con ella, que en su momento ya lo hice, y si no se arreglaron las cosas cuando yo daba los pasos no se iban a arreglar ahora. Tuvimos otra media hora o más de conversación. K me odia, está quemadísima conmigo por lo visto, y aún no entiendo bien por qué. Bueno sí, es la manera de mantenernos alejadas a C y a mí, y porque C lo acepta, claro. Si tan amiga mía era y tanto me quería como decía, pues podría haber entendido mi situación y ver todo lo que estaba pasando, que lo sabía de primera mano porque todo se lo contaba. En fin, que es estúpida.
El caso, que la cosa quedó así, yo ya ví que a esta chica no le hacía mucha gracia que no hablara con la otra. Hasta que un día me dijo C que quería decirme una cosa. Que la chica le había dicho que no me iba a invitar, porque prefería que fuera K a que fuera yo. Me quedé de piedra, porque aunque me lo veía venir, no creía que tuviera la poca vergüenza de hacerme eso después de todo el sermón y el rollo que me metió de que conmigo estaba bien y bla bla bla. Pero lo dijo, y me sentí tan avergonzada pensando en la cara que se me iba a quedar cuando me lo dijera que le dije a C que le dijera de mi parte que no hacía falta que viniese a meterme otro rollo, que ni ella tenía que pasar ese trago ni yo esa vergüenza. Error por mi parte, porque tenía que haber dejado que hablara y yo decirle lo que pensaba.
Resultado, yo creía que aún así daría la cara, pero parece que encima he hecho yo algo mal porque ahora ni me habla ni nada. No tenía yo ninguna gana de hablarle tampoco, pero en fin, ya me parece el colmo.
Cada día me alegro más de no tener nada que ver con esa gente que me juntaba porque están demostrando ser una panda de víbora que te mueres. A veces me da la sensación de estar en una guardería en vez de en un centro de trabajo.
No niego que estas cosas me duelan, sobre todo el tema de C, que la noto alejarse cada vez más, no sé si es que ya estamos a la defensiva, o examinándonos constantemente o qué. A pesar de todo esto, estoy muy bien, muy contenta y muy ilusionada, porque tengo los abrazos de mi niño y la fuerza para seguir adelante.
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