Año nuevo, vida nueva

Ultimamente estoy más animada.
Quizá sea el nuevo año, que aunque las cosas no cambien bruscamente ni de un día para otro parece que empezar con un nuevo número es empezar una nueva etapa.

O quizá sea que ya he pasado bastante, que ya he llorado mucho y quiero que todo cambie.

Será que me doy cuenta de las desgracias que hay por el mundo y que no tengo de qué quejarme.
Que pienso que algo cambiará, que no me quedaré siempre así.

Pienso que cuando C se vaya de casa empezará algo nuevo para mí. Tendré que acostumbrarme a otro modo de vida como me he acostumbrado a vivir sin mi niño.

Bueno, tal vez no me he acostumbrado porque sigue doliendo su ausencia, y porque sigo echándole de menos. Pero puede que lo haya aceptado, simplemente.

Reconozco que me animó mucho el rollete de Nochevieja, que no quiere decir nada, puede que sea el único de todo el año. Pero pienso que por qué no, que puede repetirse.
Lo malo es cuando pienso que cómo va a repetirse si no tengo a nadie con quien salir habitualmente, que con suerte saldré algún día de vez en cuando. Y eso sí que me hace entristecerme.
Pero sé que cuando esté muy aburrida me espabilaré y haré algo, como he hecho otras veces, y quién sabe si esta vez me sale bien.