martes, 8 de diciembre de 2009

La última tarde que pasé contigo

Fue triste. Muy triste. Los dos metidos en la cama bajo el edredón para no pasar frío, y aún así no sentía nada de calor.
Tú me decías que te sentías fatal, pero que era lo mejor, que tengo que encontrar a alguien que me corresponda, que me dé lo que tú no puedes darme. Yo quería decirte muchas cosas, y no podía porque se me saltaban las lágrimas. Y tú seguías hablando, y abrazándome, y diciéndome que me ibas a echar mucho de menos, que te quedabas solo y no tendrías a nadie con quien hablar porque con nadie tienes la confianza que tienes conmigo, que no hacías todo esto para estar con nadie, que lo hacías por mí, por los dos, porque no quieres seguir viéndome sufrir por tí. Decías que no me vas a olvidar nunca, que no esté triste que seguro que todo sale bien, que un día te lo agradeceré.

Y yo me sentía fatal, tan triste, aún sabiendo que lo haces por mí, que quieres verme feliz, que no eres tan egoísta como todo el mundo ha dicho. Quizá la egoísta he sido yo por no ver que tú te sentías mal al verme así y seguir con esto adelante porque quería estar contigo. Me dices que yo no tengo que culparme de nada, que nada de esto ha sido por mi culpa, que no he hecho nada mal, al contrario, solo te he dado todo, hasta lo que nadie habría hecho por tí lo he hecho yo. Me dices que nadie te ha obligado a nada y que si has seguido conmigo es porque estabas genial, porque te lo pasabas muy bien, te reías mucho conmigo y te sentías muy a gusto. Que es muy difícil para tí también terminar con esto. Que sabes que el día que conozcas a alguien no podrás evitar las comparaciones, y dirás Sally hacía esto, Sally hacía lo otro, porque no todas las chicas hacen las cosas que he hecho yo contigo. Me dices que aunque hagas las mismas cosas o vayas a los mismos sitios no será igual, nunca será igual.

Y yo no dejo de llorar, y tú tampoco puedes evitarlo. Y nos abrazamos, y me das un beso y yo te abrazo más fuerte.
Llega el momento de irte, vamos a tu casa y no podemos despedirnos. Qué nos decimos? No sé qué decirte. Cuídate, no corras tanto por la carretera, no me olvides... Cualquier cosa ya está fuera de lugar. Dices, si cuando pasa el tiempo no has conseguido ser feliz esto no habrá servido para nada. Quiero que sirva para que los dos consigamos estar bien. Un último beso, hazme una perdida cuando llegues a casa, intenta conducir tranquila por favor.
Lo intento, miro hacia tu portal y veo que estás mirándome, que no te metes hasta que no me vaya. Sabes que es la última vez que me ves. Igual que lo sé yo, y no quiero irme. Pero al final arranco el coche y giro la calle. Y me saltan las lágrimas.

Había sido un finde como otro cualquiera, lo pasamos genial, tuvimos nuestra cena romántica, hablamos, fuimos de compras a Lérida. Curiosamente el mismo sitio al que fuimos la primera vez que salimos. Te miraba en el coche y te dije, cuánto has cambiado desde la primera vez que fuimos. Todo ha cambiado tanto.

Esta vez sabía que era la última vez que hacía el amor contigo. Y sentía tanto amor, tantas ganas de tí, tanta pena de perderte. No quería que te fueras, no quiero perder tu tacto, tus caricias. No quiero perderte.

Cuando estaba en la cocina preparando la comida, los espaguetis, mis espaguetis que tanto te gustan y que nadie hace como yo, viniste y me abrazaste por detrás. Rodeaste mi cintura y dijiste lo más bonito que he oído en tiempo: Al menos piensa que ya siempre formarás parte de mí, porque me has enseñado tantas cosas y me has cambiado tanto que ahora mi carácter es gracias a tí.

Tu también formarás parte de mí siempre mi niño.

12 comentarios:

Eva dijo...

Sally se me han saltado las lágrimas leyendo tu post, entre que estoy con la regla y que estoy un poco de bajón estoy yo muy sensible.

Ánimo nena, ya verás como hay alguien ahí para nosotras, seguro que pronto aparecen.

Besos.

Pablete dijo...

Ánimo cielo....

un besico bien fuerte....

Pilar dijo...

jo nena, anímate vale?
lo que has escrito es tan precioso y tan triste a la vez.
Las despedidas siempre son duras, pero piensa que va a ser para mejor eh? se positiva

mucho animo y muchos besos wapa!

muaaaaaaaaaaaas

Anónimo dijo...

Mucho ánimo.
Esto tb pasará.

Nekki dijo...

Que diablos... lamentablemente no podemos tenerlo todo... así es la vida... sé que no es un gran consuelo pero contra eso nada se puede hacer.

Saludos!

Nina París dijo...

Candy dijo...

Sally se me han saltado las lágrimas leyendo tu post, entre que estoy con la regla y que estoy un poco de bajón estoy yo muy sensible.

+1

ELINA dijo...

Sally yo solo puedo decirte que espero que pronto lo puedas superar, no olvides que hay gente aqui que te aprecia mucho.
besikos.

Anónimo dijo...

venga chicas un poco de animo hombre!!!!

quedate con lo bueno e intenta no aferrarte demasiado al pasado, es hora de mirar hacia adelante, hacia un futuro positivo, porque los cambios no siempre son para mal sino que puede ser para mejor.

un abrazo, eres fuerte y podrás con ello guapa

Carnmars dijo...

Joo neni q la llora ahora soy yo...siento mucho q la historia haya acabado así!!!!

Solo me sale darte muchos ánimos y decirte q seas fuerte, ya sabes q aquí me tienes Sally guapa!!!!

Ah y sigue mirando hacia delante!!!...siempre!!!

Besicos.

Carnmars dijo...

Saaaaaaaaaaaaaaan viernes preciosa...Ponte un taconazo, pintate y sal a pasarlo bien!!!!...ok¿?

Nada de quedarse encerrá como una monja q tu estas de muy buen ver y hay q cazar jajaja

Besicos.

Anónimo dijo...

Querida Sally.Vuelvo a tener ordenador.No lo he tenido durante estos meses ni tampoco ganas de escribir.Y se e parte el corazón al leerte y me sale alguna lágrima pero te digo que es lo mejor.Conoce a más gente, sal, diviertete.Ni siquiera piensa en alguien que no merece todo el amor que eres capaz de darle.Leete "Los Límites del Amor " de Walter Riso . He comprendido que tenemos una patología, se llama Dependencia.Un abrazo.Volveré a escribir.Hada del Amor.

Anónimo dijo...

Llevo mucho tiempo leyendote, mi historia tiene un parecido a la tuya...y veo el mismo final..mucho animo.
Un beso. Maria José